José Alejandro Otero, el joven migrante venezolano que diseñó en Barranquilla un drone de icopor para trasladar medicinas durante la pandemia, fue seleccionado para representar al continente americano en la Campaña Generación Z de la agencia AFP, que divulga las invenciones y esfuerzos de jóvenes en sus comunidades frente los problemas de la covid-19.
Ibrahima Cisse (África), Shah Alan (Asia), Malak Sabah (Medio Oriente) y José Alejandro (América) encontraron formas ingeniosas de ayudar a sus comunidades en medio del coronavirus. Por ello, la Agencia de Prensa Francesa salió al encuentro de los jóvenes de la Generación Z, de entre 15 y 24 años, que aprovecharon la cuarentena para comprometerse al servicio del planeta.
Si bien el confinamiento obligó a muchos a retrasar sus planes de vida, como el trabajo, la educación y los viajes, estos jovenes se pusieron al servicio de sus comunidades.
“El papel que desempeña la juventud en esta pandemia es determinante porque sin duda nosotros vamos a hacer esa posibilidad de tomar acciones de cambio. Yo veo el mundo post covid con muchas personas llenas de incertidumbre pero también muchas personas que desde la creación pueden aprovechar positivamente a los que se han visto afectados por el coronavirus”, afirmó Otero a la AFP, en su casa en Barranquilla.
“Haber sido seleccionado para representar el continente americano para este nuevo proyecto de la AFP, me hace sentir honrado y comprometido en contribuir a superar problemas de suministros esenciales para aquellas comunidades aisladas por medidas sanitarias, por conflictos, o por infraestructura deteriorada o inexistente”, agregó el joven migrante venezolano.
No queda duda de la reinvención de los jóvenes alrededor del mundo. Ibrahima Cisse, de 23 años, y estudiante de ingeniería en la Universidad Politécnica de Dakar, en Senegal, creó el “MóvilGel”, un proyecto para combatir el covid-19. Adaptó su bicicleta para dispensar gel de manos a las personas de su ciudad.
“Estamos aprendiendo a través de esta pandemia y a través de este proyecto cómo ser útiles a las personas en el planeta, cómo crear proyectos que integran varios criterios dentro de é: el ambiente, las necesidades de la gente”, dijo Cisse en el video de la campaña.
La experiencia de la musulmana Malak Sabah, de 24 años, destaca por su entrega como voluntaria en un campo de refugiados en el Líbano, donde a diario desinfecta las calles para mantenerlas libre del virus.
“Muchos se preocupan por sus niños, pero si yo me asusto no puedo hacer mi trabajo como voluntaria, ¿si no lo hago quién más lo puede hacer?”, se pregunta la joven, quien completa que a la final todos son una familia en el campamento de refugiados. “Si no nos ayudamos mutuamente, nadie nos ayudará”, agrega.
Desde el continente asiático, en Malasia, Shah Alam, de 17 años, ganó un concurso de arte por la covid-19. Ella nació con autismo y desde que era pequeña se comunicaba a través de sus pinturas. En la obra de arte ganadora plasmó toda la información que vio en las noticias y páginas de periódicos sobre el coronavirus.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela
