Ante la preocupante situación por los desplazamientos forzados en la zona del estado de Apure y el departamento de Arauca, obispos católicos de ambas naciones emitieron un comunicado en el que manifiestan su preocupación y hacen un llamado a la acción a sus gobiernos para que tomen cartas en el asunto.
Las Conferencias Episcopales de Venezuela y Colombia, en el documento, plantean seis puntos. El primero de ellos es la preocupación por el conflicto armado que “lamentablemente se está dando y cuyas consecuencias, además de poner en peligro la paz y convivencia ciudadana, se hacen sentir en la población más vulnerable”.
Para los respresentantes de la Iglesia católica es importante que las autoridades de ambas naciones lleguen a un diálogo que involucre soluciones de fondo. Unas medias eficaces y concertadas que hagan frente al problema que se vive a lo largo de la frontera. “Siempre anteponiendo a cualquier otro interés el respeto de la dignidad humana y de los derechos de las personas”, exponen en el segundo punto.
En cuanto a la situación específica en Apure y Arauca expresaron solidaridad y cercano acompañamiento a las personas que han debido atravesar de manera forzada la frontera. Hicieron un llamado para que se propicien las condiciones que permitan a las personas permanecer en su territorio o regresar a él.
Los combates en territorio venezolano se han vuelto a producir en los últimos días, dejando casi 6.000 desplazados, quienes se refugiaron en el municipio colombiano de Arauquita. En ese sentido, las Conferencias Episcopales hacen hincapié a que haya un cese al fuego y se ayude a los refugiados.
“Con sentido de comunión eclesial, ratificamos nuestra solidaridad con las diócesis de Arauca y Guasdualito. Sus obispos, unidos a sus presbíteros, religiosos, laicos y grupos de pastoral social están dando un decidido testimonio de fraternidad, acompañamiento, defensa y dignificación de quienes más sufren por esta situación que viven en sus territorios”, afirman en el documento.
Basados en el lema transmitido por el papa Francisco — de que la Iglesia no tiene fronteras y es madre de todos— la institución invita a los estados y entidades a continuar acogiendo, protegiendo, promoviendo e integrando a los migrantes y desplazados, como una muestra concreta del empeño de todos para lograr la fraternidad, la paz y el desarrollo integral de los pueblos.
Asimismo, los obispos reconocen los esfuerzos realizados por varias instituciones oficiales y privadas que han masificado su ayuda humanitaria, entre ellas ONG nacionales e internacionales, comunidades católicas, entre otras.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela