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Necoclí ¿al borde de otro colapso por nueva ola de migrantes venezolanos?

En mayo de 2021, la presencia de miles de personas haitianas generó una grave crisis humanitaria en Necoclí | Por: OMAR YESID NEGRETE | SEMANA

La masiva llegada de personas venezolanas, el incremento del turismo por la semana de receso y la realización de un festival musical tienen en jaque a las autoridades, y preocupados a los pobladores que prevén una nueva crisis humanitaria.

En ese paraíso anclado en Antioquia existe un creciente temor de repetir la grave situación que se presentó en mayo de 2021, cuando una oleada de migrantes haitianos invadió las playas y las calles del municipio, provocando una emergencia sin precedentes.

Hoy, está pasando lo mismo, pero con centenares de migrantes venezolanos que llegan hasta allí para conseguir un cupo en una lancha que los transporte hacia donde puedan emprender la dolorosa travesía por la Selva del Darién, la primera etapa del famoso sueño americano.

Nadie sabe a ciencia cierta cuántas personas llegan a diario a Necoclí, pero lo que pasa en terreno evidencia que es una emergencia de proporciones mayúsculas. Basta con decir muchos de los 95 kilómetros de playa que tiene el municipio están llenos de carpas en donde pernoctan familias enteras de personas venezolanas en extrema vulnerabilidad, a la espera de partir.

Como si fuera poco, ya no se consiguen tiquetes en las terminales de transporte de Medellín con rumbo a ese municipio; se calcula que cada día desde la capital antioqueña salen cerca de mil personas venezolanas hacia Necoclí, lo cual es una evidencia contundente de que la ola de migrantes no se detendrá en los próximos días y, por el contrario, se incrementará.

Por eso, el Ministerio de Transporte autorizó a una empresa privada para que los días 5 y 6 de octubre y en lo que resta de la semana alta de receso escolar se amplíen las rutas ida y vuelta entre Medellín y Necoclí, para contrarrestar el traslado de personas venezolanas en recorridos piratas.

El tema es tan apremiante que las autoridades locales, en llave con la Defensoría del Pueblo y la Policía crearon un Comando Situacional para tomarle el pulso a la situación minuto a minuto, pues, según estimaciones, al ritmo que va creciendo, podría rebasar lo que pasó en mayo de 2021 con las personas haitianas.

Por eso, en un trabajo conjunto están trabajando por darle un manejo adecuado a esta nueva crisis que puede terminar en una emergencia humanitaria, y que requiere una labor de 24 horas los siete días de la semana.

Estamos evitando los comportamientos contrarios a la convivencia; lo más importante es la cohesión en equipo, lo más importante es el comportamiento de todos los ciudadanos. Estamos garantizando absolutamente todas las condiciones para que haya un normal desarrollo del diario vivir”, declaró el coronel Óscar Hernán Cortés, comandante de Policía de Urabá.

Pero eso no es lo más preocupante. En las próximas semanas, con ocasión del puente festivo del Día de la Raza y el arranque de la temporada de fin de año con la semana de receso escolar, Necoclí estará lleno de turistas nacionales y extranjeros, que ejercerán más presión sobre la situación.

Y a eso hay que sumarle la celebración de la versión 34 del Festival del Bullerengue, prevista entre el 13 y el 16 de octubre, y que también empeorará la delicada realidad que ya se vive.

En Necoclí hay cerca de 50 mil habitantes, y a ello hay que agregar un gran número de migrantes que nadie ha censado con certeza; sin embargo, si se tienen en cuenta las cifras oficiales, que indican que cerca de 160 mil personas cruzaron este año por el Tapón del Darién, es fácil suponer que la gran mayoría de ellas viene de Venezuela y estuvo o permanece en el municipio, considerado el sitio más confiable para comenzar la mortal travesía.

Necoclí, tal como sucede con la mayoría de los asentamientos urbanos del Urabá, carece de condiciones óptimas de saneamiento básico en agua y alcantarillado, no tiene plena cobertura en salud y su acceso por vía terrestre es complejo para cubrir los 391 kilómetros que la separan de Medellín, la capital departamental más cercana.

Y como si fuera poco, tiene un presupuesto bastante limitado para atender emergencias como la que vive actualmente. Estas difíciles condiciones hacen prever que, si la masiva llegada de migrantes venezolanos continúa con la intensidad que ocurre hoy, dentro de las próximas semanas las autoridades nacionales tendrían que hacerse cargo del manejo de lo que sucede allí.

Así las cosas, por ahora nadie les garantiza hoy a las personas venezolanas que migran y llegan a Necoclí que pueden ejercer a plenitud sus derechos, con la tranquilidad de recibir la asistencia ayuda completas y necesarias para continuar su viaje.

Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela