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Mitigar la xenofobia es una tarea pendiente

“Hay que ponerse en los zapatos del otro para comprender su situación” es una de las frases del estudio de Acnur. | Por: JUAN PABLO COHEN - LA OPINIÓN


Que los habitantes del barrio Paraíso, en el sector Chapinero del norte de Bogotá hayan abierto sus puertas para integrar a los venezolanos y en una misma mesa compartir hallacas, tamales y sentarse a conversar de la similitud de sus culturas es una fiel muestra de que los colombianos se esfuerzan por ser receptivos con los migrantes. 

Estas escenas se han visto en las grandes ciudades del país. Otras menos difundidas se presentaban a diario en los pasos fronterizos, donde  familias  colombianas ofrecían desinteresadamente un plato de comida, un abrigo y palabras de aliento a los venezolanos que cruzaban caminando la ruta del páramo, antes del cierre de la frontera a mediados de marzo.

La xenofobia desatada contra los venezolanos durante la cuarentena nacional por el covid-19 es una tarea pendiente que hay que atenuar, más en el país que ha recibido casi dos millones de migrantes del vecino país.

En este sentido, la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur) realizó un estudio donde analizó la percepción asociada a contenidos, campañas y organizaciones orientadas a mitigar la xenofobia hacia la población venezolana.

“Más que venezolano o colombiano somos personas”. “Lo que está pasándoles a los venezolanos también podría ocurrirle a los colombianos”. “Hay que ponerse en los zapatos del otro para comprender su situación”. “No podemos generalizar sobre que todos los venezolanos son malos”. “Se deben mostrar logros, talentos y potencial de los venezolanos”.

Esas fueron las cinco expresiones que más resaltaron en el estudio de Acnur, en donde le colocaron una  calificación de 1 a 5. El menor puntaje se asignaba a un mensaje considerado poco importante y 5 a un mensaje muy importante. Las frases que recibieron mayor calificación fueron las relacionados con las emociones y sentimientos que generan empatía. 

En la primera y segunda etapa de la investigación de Acnur se realizó exploración de información documental y cinco talleres (grupos focales) con colombianos residentes en la ciudad de Bogotá y procedentes de diferentes ciudades del país.  En la tercera etapa se realizaron 10 entrevistas a profundidad con líderes de opinión, de gobierno y académicos, de diferentes medios comunicación y entidades del país.

Para la última etapa del estudio se efectuaron 800 encuestas personales en 10 ciudades de Colombia (Arauca, Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cúcuta, Cali, Medellín, Pasto, Riohacha y Tunja).  Toda la investigación tuvo un tiempo de duración de 30 días y fue realizado en octubre de 2019.

Un hallazgo importante permite identificar que los medios de comunicación de Colombia no estaban lo suficientemente preparados para conocer la forma de presentar las noticias y de adoptar una posición editorial o de comunicación de la información basada en lineamientos y respetando la nacionalidad.

La oficial de Información Pública de Acnur en Colombia, Rocío Castañeda, declaró a una agencia de noticias turca que es muy interesante ver el rol que cumplen los medios de comunicación en este tema.

“Parte del ejercicio que hacemos en la campaña Somos panas es el de realizar talleres de formación a periodistas. La posición de Acnur es la siguiente: en la medida que no haya un valor noticioso específico en comunicar la nacionalidad, no lo haga. Cuando se titula con frases como ‘un venezolano hizo tal cosa negativa’, lo único que se logra es fortalecer un estigma”. 

Castañeda añade:  “Desde Acnur creemos que en los medios hay una falta de preparación para afrontar el tema de la migración venezolana y, en esa ausencia de preparación, se han cometido errores. Antes de comenzar la campaña hicimos un análisis de contenidos de medios en el cual identificamos tres tendencias. Una de ellas era claramente la vinculación entre nacionalidad y criminalidad. La gente cree en los medios porque, en muchos casos, no tiene otra fuente de contraste”.


“No considero que Colombia es un país xenófobo, sino que realmente esta es una situación nueva. Si bien es cierto mucha gente no viene a hacer cosas buenas y realmente es un peso muy grande que no se esperaba”. 

opinó el empresario venezolano Roberto Córdoba, quien llegó hace  cinco años a Colombia.



El analista y profesor de relaciones internacionales Mauricio Palma explica que existen algunas acciones sencillas para evitar la normalización de la xenofobia. “Una es ser un productor y consumidor responsable de información. Esto aplica también como un principio de vida en la era digital. La producción de juicios tiende a ser más informada cuando se toma un minuto para confirmar, por ejemplo, si la cifra de desempleo tiene algo que ver con la migración antes de dar un retweet, hacer un comentario en el trabajo o enviar una cadena al grupo familiar de whatsapp”.

Otra acción, según Palma,  es abrirse al diálogo frente a la diferencia y la autocrítica: “Las diferencias, esas sí normales, derivadas de la educación, la historia, y lo que algunos llaman cultura, son oportunidades de encuentro, aunque nos falte mucho para entenderlo”

La tercera propuesta del analista tiene que ver con evitar la generalización extrema. “Esto solo es sinónimo de prejuicio, y no hay sentido en creer que una persona tiende a comportarse de una forma más o menos moral o jurídicamente reprochable por haber nacido en un lugar específico. Este tipo de racionamientos solo describe la visceralidad de nuestras reacciones y lo poco profundo de nuestro actuar político”, argumenta.

RESALTAR LO POSITIVO

Benjamín La Pava, sociólogo de la Universidad Tadeo explica que a lo largo de la historia occidental siempre han existido episodios de xenofobia, de allí que los latinoamericanos suelen decir que el español que hablan en sus países es el mejor.

Refiere que la xenofobia se produce de cara a nuestros miedos, frustraciones y fracasos. “Colombia ha sido uno de los países que mayor cantidad de migrantes ha exportado al mundo, en especial a Venezuela en los años 80… Ahora nosotros tenemos casi dos millones de venezolanos en nuestro territorio”.

El sociólogo plantea que hay que rechazar rotundamente las ideas que detengan la integración de los migrantes, como por ejemplo la idea de un político en Cali de crear un barrio exclusivamente para venezolanos. Por el contrario, añade La Pava,  se deben resaltar las buenas noticias de la migración y sus efectos positivos en los países de acogida.

Por: Milagros Palomares @milapalomares