En la capital de Norte de Santander se tejen historias de integración y redes de apoyo entre colombianos retornados y personas migrantes provenientes de Venezuela, en condición de vulnerabilidad.
Vivir un desplazamiento forzado dos veces no ha sido limitante para que Élcida Florez, Angélica Lamus, Marianyela Florez, Carlos Albarracín y Jhon Florez tendieran su mano altruista a las personas migrantes y retornadas que huyen de la crisis del vecino país y que transitan o están radicados en la ciudad de Cúcuta.
Todos ellos son líderes sociales que se hicieron más fuertes espiritualmente cuando lo perdieron todo en Venezuela y fueron expulsados por el Gobierno de Nicolás Maduro en agosto del año 2015.
Angélica creó la Fundación Humildad Extrema, Élcida la Fundación Camino de Vencedores; por su parte Marianyela y Jhon abrieron la Fundación Visión y Reto Fénix, y Carlos la Fundación Raíces Norte de Santander, tres de las ocho organizaciones, junto con Visibles Movimiento, Fundación Visión Futura, Jóvenes Equipo Literario y la ONG Luis Santiago Dejando Huellas, que integran la Mesa de Incidencia para el Reconocimiento y Acogida del Migrante (MÍRAME).
Entre los logros más importantes, Jhon Florez destaca que tras construir la vivienda de la Fundación Visión y Reto Fénix han podido darle albergue a muchos migrantes venezolanos y colombianos retornados que cruzan la frontera y que tienen por destino otras ciudades de Colombia u otros países. También se enfocan en programas de empleabilidad para esta población vulnerable, a través de una empresa de construcción familiar han logrado emplear a más de 100 migrantes y retornados.
A Élcida Florez se le llena el rostro de alegría cuando recuerda que han podido ayudar a crear emprendimientos a 2 mil familias migrantes y retornadas que quedaron desasistidas durante la pandemia de la covid-19.
La misma pasión por ayudar al prójimo es lo que motiva cada día a Angélica Lamus, quien se dio cuenta de que los colombianos retornados padecían doblemente en su propia tierra, porque quedaban invisibilizados ante los programas de emergencia del Estado por no contar con documentos venezolanos.
“Nosotros los retornados vivimos la misma situación que los migrantes venezolanos pero no éramos tomados en cuenta porque supuestamente lo teníamos todo, y eso no es verdad”, lamenta Angélica a la vez que rememora que se armó de valor para crear la Fundación Humildad Extrema para ayudar a sus paisanos colombianos retornados y a las familias migrantes venezolanas.
Desde la Fundación Raíces Norte de Santander, Carlos Albarracín cuenta que en los momentos más duros por la emergencia sanitaria pudieron brindar mercados y apoyos para medicinas a los migrantes venezolanos más vulnerables en la ciudad de Cúcuta.
Las puertas están abiertas para las personas que quieran sumarse a ayudar desde cualquiera de estas fundaciones que integran la red MIRAME, puntualiza Marianyela Florez, quien destaca que su lucha social no solo es por los migrantes y retornados sino por los colombianos vulnerables en las comunidades de acogida.
Por: Milagros Palomares @milapalomares