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La música clásica integró a los migrantes venezolanos en Chile

En Chile, migrantes y refugiados se integran en sus comunidades de acogida a través de la música. | Por: OIM

La Fundación Música para la Integración está compuesta por 400 músicos, mayormente refugiados y migrantes de Venezuela, otros son de Colombia, Perú y Cuba y de Chile.

La pasión por la música clásica que cultivó desde niña Ana Marvez, en el Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, le dio entereza para su vida y la capacidad para enseñar a menores muy lejos de su hogar.

Esta maestra de música y directora de coro abandonó Venezuela hace siete años en busca de una mejor calidad vida. En Chile convirtió su sueño en realidad a través de la Fundación Música para la Integración, un grupo compuesto en su gran mayoría por refugiados y migrantes de Venezuela, pero que también incluye a chilenos y a otros integrantes de Colombia, Perú y Cuba.

“Uno de los aspectos más complejos de tener que irte de tu país es el de renunciar a tu profesión, pero yo me considero muy privilegiada de poder trabajar ahora en lo que más amo en la vida: la música”, dijo Marvez a la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), que publicó su historia en el portal de noticias web de la Organización de las Naciones Unidas. 

Cuando descubrió que muchos músicos venezolanos se encontraban en la misma situación, Ana decidió poner este capital humano tan impresionante al servicio de la comunidad a través de la Fundación Música para la Integración.

Inspiración para seguir

“Es un sueño que se ha convertido en realidad; hace cinco años encontré a 30 músicos, ahora somos 400”, recuerda Ana, sentada en su oficina en la nueva sede de la Fundación en Santiago, capital de Chile.

Ana es una de los 7.1 millones de migrantes y refugiados de Venezuela  en el mundo, de los cuales unos 450.000 se han establecido en Chile desde 2016. Esta venezolana se ha sentido fascinada por la música desde niña y valora la manera en que las personas se conectan entre sí a través de la música y el modo en que aprenden y desarrollan su personalidad.

La integración temprana de migrantes y refugiados, incluyendo la inclusión en la vida social y cultural de las comunidades de acogida, es crucial para el éxito a largo plazo de las políticas de integración.

El reconocimiento de las capacidades de los migrantes y el diseño de políticas y medidas que empoderen a los recién llegados para que puedan aportar sus perspectivas y cultura, pueden contribuir para progresar en la cohesión social y sacar partido de la innovación.

El Sistema Nacional de Orquestas y Coros de Niños, Niñas y Jóvenes de Venezuela, conocido como El Sistema, es uno de los programas de educación musical más prestigioso de todo el mundo. Ha brindado educación musical sin cargo a más de un millón de niños y niñas de Venezuela, con una red de orquestas que producen músicos profesionales de nivel mundial, muchos de los cuales ahora están viviendo en el exterior.

“La música es una buena manera de integrarse porque no se detiene cuando las cosas se complican. El arte puede siempre ser una fuerza impulsora del desarrollo social, cultural y económico”, concluye la directora Ana Marvez.

Por Redacción Migración Venezuela