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Para escuchar en cuarentena: lanzan álbum de la integración colombo-venezolana

Luis Alberto Vargas (venezolano), Alejandro Quiroga y Diego Salazar (colombianos) son tres de los 10 cantautores que participaron en el intercambio musical. | Por: ARCHIVO PERSONAL


El ejercicio de intercambiar canciones inéditas y de reinterpretarlas ajustándolas a los géneros propios de Venezuela y Colombia le dejó una experiencia enriquecedora al músico bogotano Diego Salazar, de 35 años.  Para él fue como ponerse en los zapatos de los migrantes venezolanos en el lenguaje universal de la música. Se adentró en sus luchas internas, conoció sus anhelos y entendió las razones por las cuales ellos salen forzados del país donde nacieron.

Todo esto lo percibió Salazar cuando interpretó la canción Romance Caraqueño, una composición del músico venezolano Jesús Potella, quien hizo una remembranza de lo que vivió en Caracas expresando el deseo de volver a hacer todas esas cosas que extraña en su país, como tomarse un café con sus amigos, ir a caminar a la playa en La Guaira, subir el cerro Ávila o pasear por la avenida San Martín, en la capital venezolana.  

Este solista y compositor colombiano versionó el tema mezclando un pasaje llanero y un pasillo colombiano. Para hacerlo más melodioso usó solo dos instrumentos: un piano y una armónica. Y al momento de grabar le imprimió un toque de nostalgia a su voz, ya que no pudo evitar pensar en lo duro que sería abandonar su país padeciendo circunstancias extremas.

“Me conmovió realmente porque cantando esa canción yo me veía caminando en mi Bogotá, en el barrio donde crecí, conversando con mis amigos de toda la vida, subiendo el cerro Monserrate. Esta experiencia me sirvió para entender la incertidumbre y el dolor tan grande que sufren la mayoría de migrantes venezolanos”, dice el licenciado en música, egresado de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia en el año 2012. 

Diego Salazar junto a otros nueve cantautores de ambos países se unieron en un ejercicio musical promovido por el Instituto Distrital de las Artes (Idartes) y Acnur para desalentar la xenofobia e impulsar la inclusión. El resultado de este intercambio cultural es el Compilado Pueblos Hermanos, de 14 temas, disponible gratuitamente en las diferentes plataformas digitales y en este enlace.


«Mi experiencia sobre el intercambio cultural de reinterpretación de temas fue bastante buena. Cuando se cruzan diferentes estilos y maneras de hacer música siempre pasarán cosas maravillosas. Sale a relucir lo mejor de cada uno y sale ganando el arte o en este caso la música»

Luis Alberto Vargas, músico venezolano

Versionó la canción “Entre tú y yo”, del colombiano Alejandro Quiroga


Para escuchar en cuarentena: lanzan álbum de la integración colombo-venezolana
Para escuchar en cuarentena: lanzan álbum de la integración colombo-venezolana El ejercicio de intercambiar canciones inéditas y de reinterpretarlas ajustándolas a los géneros propios de Venezuela y Colombia le dejó una experiencia enriquecedora al músico bogotano Diego Salazar, de 35 años. Para él fue como ponerse en los zapatos de los migrantes venezolanos en el lenguaje universal de la música. Se adentró en sus luchas internas, conoció sus anhelos y entendió las razones por las cuales ellos salen forzados del país donde nacieron.

Desde el otro lado del estudio de grabación se encuentra José Enrique Ramírez, de 51 años, un músico venezolano de profesión que llegó a Bogotá buscando mejores condiciones de vida para su familia en el año 2007, mucho antes de que se intensificara la crisis migratoria desde Venezuela. 

Su pasión por la música lo motivó a crear un grupo de gaitas en Bogotá y a dar clases particulares a domicilio de piano, cuatro y otros instrumentos. Al enterarse de la convocatoria de Reinterpretación de Repertorios del proyecto En-Clave de Calle, promovido por Idartes y la campaña Somos Panas Colombia, de Acnur, no dudó en participar. 

Después de pasar la evaluación del jurado, Ramírez quedó seleccionado entre 10 cantautores, músicos populares bogotanos y músicos refugiados y migrantes venezolanos. 

“La experiencia fue muy positiva, se deberían hacer más convocatorias de este tipo e inclusive llevarlo cuando sea posible a eventos públicos en calles y parques para que la gente conozca más de nuestra cultura”, manifiesta Ramírez, quien se siente orgulloso de haber traído el folclor de la gaita zuliana a Colombia. 

Sobre el tema que compuso, el cual tituló Creyentes, relata que es el reflejo de lo que viven muchos migrantes. En los versos plasmó toda las vivencias, ilusiones y expectativas que empacan la mayoría de los refugiados en una maleta. 

Con la canción que le tocó versionar del autor colombiano Felipe Andrés Tauta logró un resultado positivo, en su opinión, porque comprendió más los ritmos de Colombia. “El Pajarillo” lo adaptó a un merengue venezolano, y le incluyó la participación especial del sonido de un violín, tocado por su hija Paola, quien forma parte de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.



Para Rocío Castañeda, oficial de Información Pública de Acnur, el compilado musical demuestra la capacidad de construir y aportar si trabajan juntos colombianos y venezolanos. Y en este caso, la cultura fue el canal ideal para lograr esta inclusión. “No solo compartimos unas mismas raíces culturales, sino que tenemos toda la capacidad para seguir enriqueciendo nuestra cultura a partir del encuentro, el aprovechamiento de la diversidad y la empatía”, afirma.  

Fueron más de cuatro meses de trabajo para lograr el compendio de 10 canciones en la categoría de reinterpretación, y cuatro temas adicionales de otra categoría llamada Ciclo de Creación.

Los resultados de este intercambio cultural, añade Gabriela Abello, coordinadora del programa Mixtura de Idartes, han sido sorprendentes debido a que dentro de la población migrante y refugiada venezolana se encuentra un recurso artístico importante. “En la medida en que se pueda generar un diálogo entre los colombianos y los venezolanos va a haber obviamente una ganancia de lado y lado”, asegura. 

Esta razón la comprende muy bien Norita Plata, cantante Crossover, salsa y rancheras, que interpretó la canción ‘Cómo te va’ del venezolano Jonatan Martínez.  Ella suma más de 20 años de experiencia dedicada a esta profesión en la capital colombiana y ante este ejercicio de compartir artístico dijo que “los músicos son una sola familia en el mundo”.

La artista colombiana admira el coraje y el entusiasmo que le ponen al trabajo los músicos venezolanos. En las grabaciones sintió que no había fronteras, ni límites. “El Compilado Pueblos Hermanos es un ejemplo de solidaridad para que dejemos a un lado las peleas y las rivalidades por la nacionalidad”, dice Norita, quien espera que las canciones lleguen pronto a las emisoras de radio del país y de esta manera más gente las conozca. 

Para escuchar en cuarentena: lanzan álbum de la integración colombo-venezolana
Para escuchar en cuarentena: lanzan álbum de la integración colombo-venezolana El ejercicio de intercambiar canciones inéditas y de reinterpretarlas ajustándolas a los géneros propios de Venezuela y Colombia le dejó una experiencia enriquecedora al músico bogotano Diego Salazar, de 35 años. Para él fue como ponerse en los zapatos de los migrantes venezolanos en el lenguaje universal de la música. Se adentró en sus luchas internas, conoció sus anhelos y entendió las razones por las cuales ellos salen forzados del país donde nacieron.

El venezolano José Enrique Ramírez versionó la canción El Pajarillo, del colombiano Felipe Andrés Tauta.  El álbum Compilado de los Pueblos Hermanos cuenta con la voz femenina de la colombiana Norita, quien cantó la canción Cómo te va. 

Por: Milagros Palomares @milapalomares