Decenas de familias migrantes duermen en las calles de Pamplona debido a que no han podido cruzar la frontera hacia Venezuela y se han devuelto desde Cúcuta. La denuncia la hicieron voceros de la Red Humanitaria, organización que atiende a los caminantes venezolanos en la vía de Cúcuta, Pamplona y el Páramo de Berlín.
“Hay 14 niños allí en la bomba de gasolina que están durmiendo sobre cartones, desprotegidos desde hace varias semanas”, denunció Vanessa Peláez, miembro de la Red Humanitaria, quien agregó que la noche de este lunes durmieron en la salida del pueblo 40 personas encima de cartones y a merced de la temperatura que ronda los seis grados centígrados.
La dinámica migratoria se ha visto alterada por las restricciones que impuso Venezuela en la frontera para el ingreso de sus connacionales. Por medidas humanitarias permitían un número determinado de personas, los primeros días eran 300, ahora solo están permitiendo unas 100 y solo tres días a la semana. Esta situación ha generado que migrantes se queden varados en ciudades fronterizas como Cúcuta.
“Pamplona es un paso obligado para estas personas que toman la vía nacional. Muchos lo hacen sin protección y pocos alimentos. Vemos que están sufriendo por no contar con abrigos y alimentos, además que el frío les afecta”, comentó Peláez.
Familias enteras de migrantes se han apostado en las calles de la ciudad, especialmente en la salida, en una estación de gasolina donde funciona un punto de atención de la Cruz Roja Colombiana. Allí, en un terreno de piedras, colocan sus cartones, cobijas y los abrigos que tienen para tratar de cubrirse del frío.
La organización humanitaria estima que en promedio unas 100 personas diarias suben desde Cúcuta actualmente. “Hemos detectado tres perfiles: las personas que estaban en sitios como Cali, Medellín y que quisieron regresar a Venezuela, pero que por las condiciones impuestas no pudieron atravesar la frontera, otros que vivían en Cúcuta y por la situación tomaron camino y los que ingresan a Colombia por las trochas”, explicó la voluntaria de la red.
La Red Humanitaria ha logrado atender a un gran porcentaje de esta población, los cuales no pueden tener en sus albergues por las prohibiciones y las medias de la cuarentena. “La noche del lunes les llevamos a los migrantes cobijas y bolsas para dormir, además de alimentos”, agregó Peláez.
Desde la organización han hecho llamados para que las autoridades construyan un albergue donde puedan atender esta población migrante, pero la respuesta ha quedado en el aire. “En febrero, el Grupo Interagencial de Flujos Mixtos Migratorios (GIFMM), la sociedad civil y alcaldía acordaron trabajar para lograr un albergue fuera de la ciudad de Pamplona, pero llegó la pandemia y se volvió una excusa para hacer control migratorio”, denunció José Luis Muñoz, otro miembro de la Red Humanitaria.
“Mientras le den la espalda al problema, la situación va a empeorar y tendremos más gente en las calles, lo que significa un riesgo por todo lo que implican estos viajes caminando en medio de una pandemia”, finalizó Peláez.
Por: Rafael David Sulbarán @rafaeldsulbaran