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¿Cuánto pierde la economía por el cierre fronterizo?

El cierre del paso fronterizo ha sido determinante en la caída del intercambio comercial. | Por: GUILLERMO TORRES | SEMANA

En Norte de Santander se vive un fin de año atípico. El cierre de los pasos fronterizos en la entidad, además de no ofrecer el característico bullicio con alta presencia de personas en locales comerciales, deja pérdidas millonarias (caída del 50%) por el cese del comercio binacional desde el mes de marzo, cuando el gobierno de Iván Duque ordenó el cierre de las fronteras del país para contener la propagación de la covid-19. 

El intercambio comercial entre Venezuela y Colombia ha sufrido fuertes afectaciones en los últimos años, derivado de la crisis en el vecino país y el cierre fronterizo ordenado por Nicolás Maduro en septiembre del año 2015. La ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, en 2019, también causó efectos negativos en la dinámica comercial.

Según reportó la Cámara de Comercio Colombo-Venezolana, debido al cierre de la frontera en 2015, el intercambio comercial entre ambos países, donde la frontera juega un papel crucial, se redujo en un 82 por ciento, es decir, pasó de 1.331 millones de dólares a solo 241 millones en 2019. “Y no tenemos motivo alguno para estar optimistas ante los números de este año”, expresó Sergio Entrena, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cúcuta.


La emergencia sanitaria ha dejado de brazos atados a empresarios y comerciantes formales. La Cámara de Comercio de Cúcuta aún no publica un balance, pero teme que tendrá malas noticias en sus reportes de cierre de año por parte de los diferentes entes que componen el gremio en la capital nortesantandereana.


La cámara de comercio cucuteña calcula que el intercambio comercial ha disminuido un 50 por ciento, dejando estragos en la economía local. Este efecto claramente se evidencia en Villa del Rosario y San José de Cúcuta, los dos municipios con mayor actividad económica en la línea con Venezuela.

Antes de la pandemia, unos 50 mil venezolanos transitaban de forma pendular por el puente Simón Bolívar, muchos de ellos para realizar compras en la zona comercial del centro de Cúcuta. Desde marzo esta dinámica se alteró, dejando un limitado acceso por razones humanitarias por el puente y dando paso a los caminos ilegales dominados por grupos criminales. 



«Dependemos de Venezuela gran parte de la dinámica proviene de los extranjeros, esto ha siempre ha sido así. Por eso es necesario un acercamiento lo más pronto posible, más allá de las diferencias y tomando precauciones sanitarias, para que la economía en ambos lados se recupere».

 Sergio Entrena. Presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta.


“La pandemia nos ha dado muy duro, la afectación ha sido muy alta y con la realidad actual de la enfermedad todavía aumentando casos, debemos actuar con responsabilidad y ser realistas sobre lo difícil de la situación”, expresó Sergio Entrena en una conversación con el Proyecto Migración Venezuela.


Los sectores más golpeados  —indica el presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta— son la industria minera, la confección (ropa, calzado), además los negocios de repuestos automotores, restaurantes, centros de belleza, supermercados y farmacias.


El registro de importaciones y exportaciones entre ambas naciones por igual venía en descenso en los últimos años. En 2018 fueron 479 millones de dólares facturados y en 2019 quedaron en 196 millones. La actividad en la frontera de 2020 —afirma Entrena — refleja una disminución en las exportaciones del 21 por ciento, mientras que las importaciones tienen una caída del 29 por ciento.


Esta situación repercute directamente en el desempleo, que ubica a Cúcuta como la ciudad con la mayor tasa a nivel nacional con 20,6 por ciento y una informalidad que marca el 69,1 por ciento.

“Gran parte de la dinámica comercial proviene de los extranjeros de Venezuela, esto ha siempre ha sido así. Por eso es necesario un acercamiento lo más pronto posible, más allá de las diferencias y tomando precauciones sanitarias, para que la economía en ambos lados se recupere”, puntualizó el directivo.

Vale destacar que el puente internacional Simón Bolívar está inhabilitado para cualquier transacción aduanera y el paso de camiones y otros vehículos está prohibido.

Frontera abandonada

Las diferentes fronteras terrestres de Colombia han estado en un segundo plano, con poca visión para atender a miles de personas que la usan diariamente y que, con la pandemia, han quedado a merced de grupos criminales que les cobran altas sumas de dinero por transitar las trochas.

Víctor Bautista, Secretario de Fronteras, Asuntos Migratorios y Cooperación de Norte de Santander, afirma que “no se puede abandonar la frontera. ¿Cómo es posible que se haya tratado el Aeropuerto El Dorado con especial atención, con máquinas de última generación para detectar el virus y en los puntos limítrofes no se apliquen estas normas?”, cuestionó Bautista, destacando que tampoco es posible que se permita a estas bandas el control de los pasos. “Debemos llegar a un acuerdo para la apertura de la frontera, esto acabará con las mafias y permitirá que los migrantes sean tratados con dignidad”, agregó el funcionario.

Para Bautista el impacto económico del cierre es evidentemente grande, pero se debe tener una visión amplia, responsable y comprometida para realzar la economía y recuperar lo perdido en este año tan difícil.

Por ahora, el sueño de la reapertura de la frontera se desvaneció, ya que la orden de cierre continúa hasta el 16 de enero. 

Por: Rafael David Sulbarán @rafaeldsulbaran