Colombia concentra la mayor parte de los migrantes venezolanos en el mundo, seguido por Perú, Chile y Ecuador. Según Migración Colombia, hasta el 31 de diciembre del año pasado 1.174.743 venezolanos estaban en el país. De ellos, 41 por ciento no había regularizado su situación, lo que implica más posibilidades de tener necesidades humanitarias.
La comunidad internacional entiende como atención humanitaria toda donación entregada a personas en estado de vulnerabilidad, bajo criterios de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia.
En alianza con iMMAP, una ONG internacional que analiza y provee información sobre este tipo de ayuda, el Observatorio del Proyecto Migración Venezuela identificó los aportes de la comunidad internacional que se ajustan a los criterios de atención humanitaria.
En 2018, la cooperación internacional aportó un total de 75 millones de dólares para atender el flujo migratorio desde Venezuela a Colombia. Estados Unidos, Alemania, Suecia, Suiza, España, Austria, Noruega, Canadá e Italia conforman el grupo de los principales donantes que actualmente apoyan al país para atender este fenómeno.
Cerca de 13 por ciento de la ayuda humanitaria donada por la comunidad internacional se destinó a la atención en salud para los migrantes. | © CÉSAR GARCÍA
La información disponible permite desagregar solo la ayuda que llegó a La Guajira, Norte de Santander y Arauca, que recibieron 38 millones de dólares. Con ese dinero atendieron a cerca de 840.000 migrantes venezolanos, colombianos retornados y poblaciones receptoras.
En diciembre de 2018, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) presentaron en Ginebra, Suiza, el Plan Regional de Respuesta para los Refugiados y Migrantes de Venezuela. El plan contempla una inversión de más de 737 millones de dólares. Colombia recibiría más de 300 millones para atender a 640.000 migrantes y a 300.000 habitantes de poblaciones colombianas adonde llegan los venezolanos.
¿Qué necesitan?
El Observatorio del Proyecto Migración Venezuela identificó las principales necesidades de los migrantes venezolanos y de los colombianos retornados. Los migrantes de paso por Colombia, o con planes de quedarse, tienen como prioridad encontrar trabajo y acceder a servicios básicos, como la salud.
Los menores de edad, las mujeres gestantes y lactantes, los adultos mayores y los pueblos indígenas binacionales enfrentan situaciones de vulnerabilidad más apremiantes. Sus necesidades los exponen a riesgos adicionales que dificultan su integración.
Estas dos organizaciones también brindan ayuda humanitaria a las poblaciones locales que los reciben, así como a los colombianos que retornan desde Venezuela. | © MIGUEL GALEZZO
Estas dos organizaciones también brindan ayuda humanitaria a las poblaciones locales que los reciben, así como a los colombianos que retornan desde Venezuela. | © MIGUEL GALEZZO
Caritas Noruega, una de las organizaciones que financia y atiende a los migrantes, prioriza la entrega de ayuda humanitaria.
“A los migrantes pendulares les suministramos medicinas y alimentos, a quienes están en tránsito les ofrecemos información sobre rutas migratorias, sus derechos e insumos básicos. Y a los que llegan con vocación de permanencia les brindamos apoyo psicosocial, fondos mínimos para costear las primeras semanas en el país y asesoramiento legal”, dijo a SEMANA Knut Andreas Orgland, representante de la organización en Colombia.
La Fundación de Atención al Migrante, que forma parte de Pastoral Social y recibe financiación y donaciones en especie de la comunidad internacional, así como del sector privado y de particulares. Cuenta con dos albergues, un centro de acogida en la terminal de transportes, programas de entrega de ayuda humanitaria de emergencia y donación de tiquetes.
Sin dormir en los laureles
El plan de Naciones Unidas, que depende de que la cooperación internacional complete el monto previsto, en febrero apenas había alcanzado 1,7 por ciento de la financiación necesaria, y no sustituye la responsabilidad del Gobierno colombiano. La atención complementará los esfuerzos oficiales para responder a necesidades como acceso a información, orientación y acciones para reducir riesgos.
Como dijo a SEMANA el jefe de delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Colombia, Christoph Harnisch, la respuesta a la migración ha sido generosa, pero “hacen falta estrategias a largo plazo y mecanismos de coordinación, no solamente a nivel internacional, sino también en el ámbito nacional y local”.
El CICR trabaja principalmente en zonas afectadas por conflictos armados, aunque ante el fenómeno migratorio también ha enfocado sus acciones en los territorios donde hay presencia de grupos armados y que actualmente reciben población migrante. “La prioridad es la presencia de nuestros equipos en el terreno para verificar cuáles son los problemas y brindar la información que los migrantes necesitan”, agregó Harnisch.
La ayuda humanitaria forma parte de la fase inicial para atender el fenómeno migratorio. En el caso colombiano, esa ayuda ha logrado beneficiar no solo a los migrantes, sino también a las comunidades de acogida. A los migrantes en situación irregular esas acciones les permiten recibir la atención que de otra manera no conseguirían, porque su estatus migratorio les impone restricciones para acceder al sistema de salud, conseguir un trabajo o estudiar.
Una encuesta realizada por la firma Jaime Arteaga & Asociados a 1500 migrantes en las principales ciudades del país para el Proyecto Migración Venezuela reveló que solo 30 por ciento de los consultados tiene algún tipo de documento que le permite trabajar.
Si bien la comunidad internacional cumple un papel importante al respaldar a Colombia con la ayuda humanitaria, es momento de avanzar en medidas de largo plazo. Para hacerlo, falta superar la etapa de atención humanitaria y avanzar en la integración económica y social con acciones concretas.
Por: Sara Prada @pradasaraca