Autoridades informan que más de 300 migrantes venezolanos cruzaron el Río Bravo

Tal como sucede en los pasos fronterizos con Colombia, como en Arauca, por ejemplo, las personas venezolanas se transportan en embarcaciones con poca seguridad. | Por: GUILLERMO TORRES SEMANA

Debido a la crisis económica y social que vive Venezuela desde los inicios de la década de 2010, sus ciudadanos siguen tomando la decisión de salir del país en búsqueda de una mejor calidad de vida.

Los migrantes venezolanos continúan en su travesía por llegar a Estados Unidos y no importa el peligro, las ganas de conseguir una mejor calidad de vida y mejores condiciones de subsistencia, hace que estas personas se enfrenten a cualquier adversidad para alcanzar el “sueño americano”.

Condiciones climáticas extremas, detenciones ilegales, animales salvajes, violencia xenofóbica y ahogamientos, son los principales peligros a los que se enfrentan los migrantes que tratan de cruzar las diferentes fronteras irregulares.

El último paso al que se tienen que medir los migrantes venezolanos que aspiran arribar a tierras americanas por vías irregulares es el siempre caudaloso Río Bravo, ubicado entre la frontera de México y Estados Unidos. Incluso, según las autoridades mexicanas, hasta la fecha, han encontrado más de 18 cuerpos de migrantes que murieron al intentar cruzarlo.

Asimismo, las autoridades indicaron que, en los últimos días, más de 300 migrantes venezolanos han cruzado este paso irregular para poder llegar a Estados Unidos. Aunque las cifras aumentan con el paso del tiempo, las personas nacidas en el país vecino, continúan enfrentado este peligroso camino.

De igual manera, se destaca que, para llegar hasta este punto, los migrantes venezolanos atraviesan primero la también riesgosa selva del Darién o deciden emprender salida por San Andrés.

Incluso, según cifras del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá, el 63,28 por ciento de las personas que han cruzado este año la selva del Darién, es decir, 44.943, son de origen venezolano.

Por: Carlos Cañas @carlosarboleda6