En entrevista con el Proyecto Migración Venezuela, el embajador Gilles Bertand, explicó detalladamente cómo y en qué iniciativas se gestionarán los dineros, y destacó el gran compromiso de Colombia con las personas del vecino país.
Hace pocos días, la Unión Europea anunció la donación de una partida equivalente a 700 mil millones de pesos en ayuda humanitaria para América Latina y el Caribe, de los cuales $ 170 mil millones de estos serán destinados para Colombia, la mayor parte destinados a la migración venezolana.
“Dentro de eso, lo que va a la crisis migratoria son $110 mil millones, que en proporción son como dos tercios de nuestra ayuda humanitaria en Colombia; y lo que es importante ahí es que esto no solamente dinero para los migrantes venezolanos sino también para las comunidades de acogida”, explica Bertand.
Es por eso que todos los proyectos están pensados en ofrecer una respuesta cuya cobertura abarque a la mayor cantidad de personas sin importar si son o no puntualmente migrantes, sino pensando en la forma en que sus vidas cambian con ocasión del flujo de llegada de personas del vecino país.
“Y te doy un ejemplo muy sencillo: si financiamos una clínica móvil a través de la Cruz Roja en un lugar donde sabemos que hay mucha migración, obviamente esta clínica móvil va a atender a todos; una de las grandes lecciones de todas las crisis migratorias del mundo es que el trabajo siempre debe ser integral, no sólo para los que migran, los que han huido de su país, sino también para los que acogen, para tener una dinámica y una respuesta humanitaria que sea integral”, acota el diplomático.
Para la Unión Europea es clave concentrar la ayuda en quienes están en condiciones más desfavorables y por ello tienen dificultades más grandes para el ejercicio pleno de sus derechos.
“Es una ayuda centrada en las necesidades de las personas. El enfoque principal es el acceso a la asistencia sanitaria porque nos hemos dado cuenta que es el elemento principal de dificultad para los que migran y para muchas de las comunidades de acogida; especialmente cerca de las zonas fronterizas donde la influencia de personas es más directa y de mayor impacto.
Financiamos mucho apoyo social a quienes lo necesitan, y, evidentemente dentro de esto, actividades de protección para, decirlo así, lo más más vulnerables dentro de los más vulnerables: las madres solteras, supervivientes de la violencia, ancianos, niños y adolescentes, personas con discapacidades”.
EL EJEMPLO DE COLOMBIA PARA EL MUNDO
Para la Unión Europea el trabajo incansable de Colombia es un campo fértil para lograr la atención adecuada a las personas que migraron desde Venezuela tras la crisis social, humanitaria y económica. Por eso es clave mantener una sinergia absoluta con la institucionalidad colombiana con la que adelanta un trabajo muy estrecho.
“El esfuerzo extraordinario que ha hecho Colombia para gestionar la afluencia masiva de migrantes desde Venezuela eso ha sido ejemplar; hay muy pocos países en el mundo que han sabido manejar la crisis migratoria con este nivel de apuesta y con este nivel de dedicación.
Gracias al Estatuto Temporal de Protección a Venezolanos, los que hemos podido construir con el Estado colombiano es una respuesta a largo plazo al problema migratorio; es una apuesta que el nuevo Gobierno ha confirmado y es la dirección en la cual queremos seguir avanzando”, confirma el funcionario.
La coordinación y el trabajo articulado con Colombia es tan fuerte y consolidado que va mucho más allá de generar recursos y gestionar proyectos para la atención humanitaria.
“Esta apuesta de largo plazo nos ha permitido poner en marcha una apuesta que va mucho más allá de los elementos humanitarios; por ejemplo, tenemos una cooperación de $70 mil millones con el Ministerio de Comercio para fomentar emprendimientos de migrantes venezolanos y también de comunidades de acogida, es decir, generar una nueva dinámica económica en las zonas a donde se acogen a más migrantes, con la idea, obviamente, de que los migrantes empiecen a beneficiar al país”.
LA CRISIS DEL DARIÉN
La Unión Europea ve con gran preocupación la crisis de migrantes que se generó en Necoclí, y por eso cree que es necesario reforzar el trabajo en la asistencia humanitaria y convencer a los viajeros de que desistan de poner sus vidas en riesgo.
“Hemos destinado más de 3 millones de euros, lo que serían $ 15 mil millones, a la respuesta humanitaria específicamente en el Darién, tanto del lado panameño como del colombiano, y trabajando en particular infraestructuras de agua y de saneamiento, procesos de salud y de protección inmediatos. Nuestro mensaje sigue siendo no intentar este viaje muy peligroso a través del Darién, pero obviamente para quienes lo hacen es esencial prestar ayuda humanitaria, porque es un viaje sumamente peligroso y traumático para quienes van a hacerlo”, explica Bertand.
Con ese panorama, tiene certeza de que sólo el trabajo mancomunado con el Estado colombiano y la ayuda sostenida de la cooperación internacional crearán mecanismos y proyectos sostenibles para contener los efectos de la crisis migratoria venezolana.
Por eso, cree que en la conferencia de donantes que se realizará en Bruselas, Bélgica, en 2023, habrá muchas y mejores noticias en términos de compromiso de los Estados para destinar recursos para la atención.
“Será un buen espacio para conversar de nuevas apuestas, de cómo se puede organizar mejor la cooperación internacional con el Gobierno, y de qué podemos hacer mejor y de cómo podemos aprender mutuamente.
A causa de la crisis mundial por los precios de la energía, de los alimentos, de los riesgos económicos, digamos, sistémicos que tenemos en el mundo y también en América Latina y en Colombia, pues los que son vulnerables pueden volverse aun más vulnerables”.
Por: Mario Villalobos @maritovillalobo
