El incremento de personas migrantes y refugiadas en tránsito en la frontera entre Colombia y Panamá implica una sobredemanda de bienes y servicios en esta región de Antioquia, advierte el Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos.
En una alerta reciente, un equipo del Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM) de Urabá identificó un riesgo importante de colapso de servicios en Panamá, así como también en la población Necoclí (Antioquia), debido al alto número de personas en tránsito por esta zona fronteriza.
A esta situación se suma el incremento en los flujos semanales durante el mes de julio, cuyo promedio aumentó un 78 por ciento frente a junio, indica el reporte publicado por la plataforma R4V de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela. Advierten que la media diaria de salidas desde el muelle oficial de Necoclí fue de 440 personas entre el 9 y el 15 de julio.
Según cifras oficiales del gobierno panameño, se estima que más de 1.600 personas al día, principalmente venezolanos, haitianos y cubanos podrían represarse en Necoclí, y otras localidades del Urabá.
El reporte del GIFMM detalla que Necoclí es un municipio de 13.700 habitantes en el casco urbano, y en consecuencia, la llegada significativa de personas en tránsito implicaría una sobredemanda de bienes y servicios: Actualmente 150 personas permanecen y pernoctan en playas de Necoclí, donde según el reporte, “allí piden dinero para cubrir sus gastos de viaje y necesidades básicas, como alimentación. Permanecen, en promedio, entre dos y cuatro semanas”.
También hacen énfasis en que ante el represamiento, la situación en la playa podría deteriorarse, y mujeres gestantes, niños, niñas y adolescentes y personas con discapacidad serían las poblaciones más afectadas.
“Además, la circulación de dólares en el municipio afecta la economía local y limita el acceso a alimentos para algunos refugiados, migrantes y población de acogida. Frente a agua, saneamiento e higiene, el municipio presenta desabastecimiento de agua debido a problemas de la planta de tratamiento”, precisa el informe.
En relación con los servicios públicos de Necoclí describen que la población de acogida comparte el abastecimiento de agua vía tanques con la población migrante que está pernoctando en la playa. “La capacidad de atención primaria en salud también podría colapsar: aglomeraciones anteriores causaron desabastecimiento de medicamentos en el Hospital de Necoclí, lo que, aunado a insuficiencia de equipos médicos, representó dificultades en la atención a personas en tránsito”, alertan desde el GIFMM.
Sobre la protección de estas personas en tránsito migratorio, las organizaciones humanitarias señalan que el cierre del tránsito a través del muelle (rutas regulares) incentiva sobrecostos y mayor tránsito por rutas marítimas no reguladas, lo que favorecería el fraude, la trata y el tráfico de personas, las violencias basadas en el género, la separación de grupos familiares y la devolución de personas con necesidades de protección internacional y apatridia.
Por: Milagros Palomares @milapalomares
