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“Veneco”: ¿qué hay detrás de esta palabra?

Llamar a un migrante 'veneco' no siempre se tomó como una ofensa. La palabra surgió de “una suerte de sincretismo cultural y lingüístico", según expertos. nacido en el seno de la frontera entre ambos países”. | Por: LEÓN DARÍO PELÁEZ - SEMANA

Aunque se popularizó en la cotidianidad del lenguaje de los colombianos, esta palabra tiene detrás una connotación que la hace ambigua, trayendo como consecuencia la desinformación, violencia, señalamientos y episodios de xenofobia.  

La situación de migración no es ajena a nadie. Actualmente, alrededor del mundo, se evidencia un alto índice de migrantes por diferentes países y territorios, ya sea por causas políticas, sociales o económicas; todos ellos se encuentran en búsqueda de una mejor oportunidad o de lograr una cercanía con sus seres queridos.

Al preguntarles a algunos colombianos, en un sondeo en calle, sobre el uso de la palabra “veneco”, se acentúa, en la mayoría de ocasiones, un sentimiento de discriminación, especialmente, cuando algunos venezolanos aparecen vinculados erróneamente a la comisión de delitos.

Las opiniones más comunes son: “Uso la palabra ‘veneco’ cuando veo que roban”; “Con esta palabra los identifico cuando veo algo negativo en ellos”; “Cuando me da rabia por un robo, la uso”. Este tipo de narrativas y de lenguaje, en muchas ocasiones, hace que las personas opinen y piensen con emociones asociadas a la rabia y la molestia, dando como resultado la discriminación de los migrantes en el país.

Pero, ¿De dónde surge el significado de la palabra “veneco”?  Jorge Alberto Palomino Forero, doctor en Ciencias Sociales y Humanas; magister en Estudios Culturales, comunicador social y periodista, explicó al Proyecto Migración Venezuela que la historia verídica data de los años ochenta, cuando los colombianos migraron, de manera masiva al territorio venezolano por el apogeo del petróleo y su prometedora economía de riqueza.

Durante esa época, la palabra “veneco” se usaba, entre los colombianos, cuando hablaban con el mismo acento de los venezolanos. Esto se debía al prolongado tiempo que pasaban muchos en el país vecino.

Tiempo después, cuando la economía de Venezuela entró en un declive y era inevitable la situación de migración que iba a tener este territorio, Colombia, como país vecino, no estaba preparado para la llegada de personas y no tenía tampoco dentro de sus planes convertirse en un país referente de migración.

Con la llegada de cientos de migrantes, muchos colombianos entraron en una dinámica verbal y cultural, que potenció el uso continuo de la palabra veneco, para hacer referencia -de manera despectiva- a los migrantes venezolanos; convirtiéndola en una etiqueta que se escucha a diario, y es asociada incluso, con señalamientos xenófobos y peligrosos. 

Para Jorge Alberto Palomino Forero, el hecho de utilizar la palabra “veneco” como un insulto es el resultado del uso que se le da al lenguaje en Colombia. “Para los colombianos, el tipo de humor predilecto siempre es reírse de los demás, esto afecta los entornos sociales a diario”, dice.

Por otra parte, explicó que es hora de darle un vuelco al uso de la palabra, que  “Colombia debe entrar en un proceso para comprender la migración. La gente entenderá que las personas viajan con costumbres y esto no va hacer que les despojen de un empleo o de las oportunidades”. 

El académico también hizo énfasis en las diferentes causas por las que un migrante puede sentirse incluido o experimentar el rechazo dentro de la sociedad. “Este tipo de situaciones ocurren porque existen unas características a la hora de irse a otro país, por ejemplo, los recursos con los que llega un migrante tales como economía, la educación o su estatus social”, aseguró.

Formalmente hablando,  la Real Academia Española (RAE) explica que esta palabra se encuentra en el Diccionario de americanismos y se define como “un adjetivo despectivo y popular”  “adj. Pe; Ec, desp. Relativo a Venezuela. pop”.

“Colombia debe entrar en procesos de inclusión y diálogo para entender un hecho tan relevante como la migración”, afirma Jorge Palomino. Estos procesos le permitirán a la sociedad colombiana crear espacios en donde el lenguaje tenga un uso correcto y se eliminen las etiquetas de las minorías, logrando así abrir espacios a la diversidad de identidad y cultura.

Al evidenciar la falta de empatía, la problemática con la diversidad, las costumbres de cada territorio y el uso del lenguaje, Colombia tiene como reto crear espacios para entablar un diálogo que permita entender los resultados positivos que tiene la migración y cómo las personas venezolanas pueden ser incluidas en el país en sentido amplio, para aprovechar todo su potencial en aspectos asociados a la economía, la educación,  el trabajo y su innegable aporte al crecimiento de la cultura.

Por: Karol Guzmán Silva @KarolGuzman__