Un estudio reciente del Fondo Monetario Internacional indica que brindar oportunidades de inclusión laboral a las personas migrantes venezolanas puede incrementar el Producto Interno Bruto en hasta 4,5 puntos porcentuales para el año 2030.
Está comprobado que generar estrategias de inclusión laboral y financiera para la población migrante proveniente de Venezuela trae un gran número de beneficios para la economía de los países receptores de estas personas.
Así lo comprueba una investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI), la cual indica que en el largo plazo, esta inversión podría reportar un incremento de hasta 4,5 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2030 en los países de acogida, principalmente para Colombia, que es la nación que mayor número de migrantes venezolanos ha recibido, casi 2,5 millones de los 7,1 millones que han abandonado el vecino país; producto de su crisis social y económica.
El FMI explica en su estudio que para obtener beneficios de la migración, es necesario que “los países de acogida integren a las personas recién llegadas en la fuerza laboral formal —y también en la sociedad— mediante la concesión rápida de permisos de trabajo y el acceso a los servicios de educación y salud”.
La investigación detalla que la primera ola de migrantes venezolanos estuvo constituida principalmente por profesionales con un nivel educativo superior. La segunda, según precisan, por jóvenes de clase media con titulación universitaria. Y desde el colapso de la economía de Venezuela en los años 2017-2018, los migrantes han provenido de hogares de bajos ingresos, con un nivel educativo inferior.
Según datos recolectados por el Observatorio del Proyecto Migración Venezuela, con base en la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), a cierre del año 2019, en Colombia, el 65,9 por ciento de los venezolanos radicados en el país terminó su bachillerato y muy pocos (4,9 por ciento) no tienen títulos. Asimismo, el 12,4 por ciento de los migrantes venezolanos contaba con una carrera técnica o tecnológica, el 14,9 por ciento con un título profesional y el 1,9 por ciento con posgrado. Es decir, que el 29,2 % de los migrantes venezolanos en Colombia cuenta con algún título en educación superior.
El estudio del Fondo Monetario Internacional concluye que los migrantes venezolanos —muchos de ellos con una formación superior a la de la población local— enfrentan un mayor desempleo, tienen más probabilidades de trabajar en el sector informal inicialmente, y ganan menos que los trabajadores locales.
“No observamos indicios de que los migrantes estén desplazando a los trabajadores nacionales, aunque sí detectamos presiones a la baja sobre los salarios en el sector informal”, apunta la investigación.
De acuerdo con el FMI, la brecha salarial entre trabajadores nacionales y migrantes venezolanos aumenta con el nivel de formación, lo cual indicaría deficiencias en la asignación de capital humano —competencias, conocimientos y experiencia—, ya que los migrantes con un alto nivel de estudios por lo general solo encuentran empleo no calificado. También advierten que, en promedio, los trabajadores nacionales ganan un 30% más que los migrantes provenientes de Venezuela.
Por: Milagros Palomares @milapalomares