Historia: emprender en pareja es posible cuando se migra

La migrante venezolana Maryann y su esposo decidieron reconstruir sus vidas y emprender en Colombia. | Por: CORTESÍA EMPROPAZ

El programa Empropaz ha llevado formación e inclusión financiera a 176.184 personas, de los cuales 3.618 son migrantes venezolanos, ubicados en 92 municipios afectados por la violencia y la pobreza, de 17 departamentos del país.

Cuando de conquistar el paladar se trata, en el barrio Bosa del sur de Bogotá, muchos conocen el emprendimiento y los pasteles de Maryann de Acosta, una mujer migrante venezolana amante de profesar la palabra de Dios, que a pesar de las adversidades de su migración forzada, lucha por hacer realidad sus sueños en Colombia.

Maryann, al igual que los 2,8 millones de migrantes venezolanos que han llegado al país, tiene un solo objetivo, brindarles a sus hijos una mejor calidad de vida. A pesar de que su recorrido no ha sido fácil, junto a su esposo ha sobrepasado todos los obstáculos que se le han presentado en la vida y en los negocios.

En Caracas, Venezuela, lideró una microempresa durante más de cinco años. “Este era un sueño hecho realidad, hacíamos pasteles y se vendían solos, nos íbamos con nuestras neveras rotuladas a recorrer las calles de la ciudad”, dice, a la vez que recuerda que por las difíciles condiciones de su país, se vio obligada a migrar.

En un inicio, la travesía fue encabezada por su esposo, quien el 28 de julio del 2018 decide viajar a Colombia, en donde empezó a tocar las puertas y a “tantear el terreno”. Al principio trabajó en cualquier oficio y enviaba dinero a su familia, pero este no soportaba la soledad y extrañaba a Maryann y a sus tres hijos.

Maryann resalta que una de las decisiones más complejas en su vida ha sido separarse de su esposo, por lo cual como pareja se pusieron un tiempo máximo de estar separados.

Pasados seis meses, Maryann dijo: “O se va o se viene” (nombre que le pondrá al libro que escribió y está próximo a lanzar). Se cumplió la promesa, y se reencontraron en Bogotá. Su llegada no fue fácil, pasaron noches eternas buscando dónde dormir, les cerraron muchas puertas por tener hijos, pero no perdió la fe.

Su primer empleo fue en los buses de TransMilenio vendiendo galletas, las cuales había comercializado en Venezuela, sin embargo, esto era algo que no la hacía sentir cómoda, “ella sabía que estaba hecha para grandes cosas”.

En cada una de la subidas y bajadas de los autobuses del sistema de transporte articulado, Maryann predicaba la palabra, lo cual permitió que hiciera muchos contactos. El que más impacto generó en su vida fue conocer el programa Empleos Productivos para la Paz (Empropaz).  “Este me brindó desde el primer momento respaldo, confianza y capacitación, pero lo que más marcó mi vida fue que recibí acompañamiento socioemocional y pude vivir el duelo de la migración y mejorar mis vínculos con mi esposo e hijos” asegura Maryann.

En el año 2020, y gracias al crédito que le brindó Bancamía, creó su emprendimiento llamado “Delicioso evento”, en el cual se inició vendiendo galletas, pero con el tiempo se dio cuenta de que podía volver a cocinar lo mismo que comercializaba en Venezuela. A la fecha su microempresa tiene refrigerios para organizaciones, pasabocas dulces y salados, comida saludable y platos típicos colombianos.

Con los conocimientos que adquirió por Empropaz,  Maryann aprendió junto a su hijo y esposo a manejar las redes sociales, su microempresa cuenta con Instagram y Facebook, este es uno de sus principales canales de ventas. También adquirió habilidades que le permitieron tener un manejo de sus costos, creó roles, porque a pesar de ser una microempresa familiar, debía cumplir cada uno de los pedidos e implementó tiempos de ejecución en la operación.

“A pesar de lo complicado que es migrar, sé que lo que he logrado hoy es por el amor de familia, tengo la certeza que la unión familiar es el secreto para emprender con éxito. Además, encontrar un programa que se convierta en el aliado cuando uno llega solo, sin nada, hace que uno aprenda todos los días y sepa si está haciendo bien las cosas”, concluye Maryann.

Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela