La Colonia Venezolana en Colombia (Colvenz) ha logrado establecer una comunidad de migrantes a los cuales les brinda apoyo y asesoría.
Por Angélica Antía Azuaje – Periodista de Te lo Cuento News
Más de 300 familias han sido beneficiadas a través de los programas desarrollados por la Colonia Venezolana en Colombia (Colvenz) y sus aliados humanitarios. Todo empezó en el 2017. Esta organización sin fines de lucro y de carácter privado se creó como una iniciativa para buscar la integración social y cultural en beneficio de los migrantes venezolanos domiciliados en Colombia que se hayan registrado y por consiguiente soliciten sus servicios.
Arles Pereda Yepes, presidente de la organización, llegó a Colombia desde Venezuela en el 2004, cuando apenas tenía 17 años. Cuenta que Colvenz nació para darles respuesta en principio a los caminantes venezolanos y a los retornados colombianos, específicamente los que llegaron a Medellín.
“Es vital integrar y fortalecer a los emprendedores venezolanos en Colombia”, dice, al insistir en que quiere lograr una unificación de los migrantes venezolanos a la actividad económica de este país.
El proceso
Esta colonia ofrece un capital semilla. Colvenz se fija en el proceso de pre-registro donde estudia si el proyecto o iniciativa va encaminado a ser un emprendimiento. Evalúan su viabilidad. “Nosotros como única organización de migrantes a escala nacional ofrecemos pequeñas cantidades de recursos”, explica el oriundo de Maracay, estado Aragua.
A través de la Embajada de Estados Unidos se busca impulsar el microemprendimiento de un número significativo de familias venezolanas, en condiciones de vulnerabilidad, a través de la dotación de insumos para el desarrollo de oficios y habilidades como mecanismo para generar medios de vida. Mientras que con la Embajada de Francia buscan fortalecer las Unidades Familiares de Producción.
Uno de los objetivos del proyecto Microemprendimiento de familias venezolanas en Medellín, explica, ha sido orientar a mejorar la condición económica de la población migrante venezolana, a partir del apoyo económico mediante capital semilla para iniciar un emprendimiento; este tendría como base, el desarrollo de una habilidad o destreza por parte de los beneficiarios.
Ganar-ganar
En términos de la adopción de buenas prácticas, se imparten talleres en el que la población beneficiada aprende a incorporar un libro contable como herramienta para controlar y evaluar las finanzas de su emprendimiento.
Agrega que las áreas donde hay más solicitudes de emprendimientos familiares son las relacionadas con la gastronomía, la repostería y la comida rápida.
“Buscamos la conjunción, una ganar-ganar, para efectos de cooperación e intercambio, con entidades de los sectores público, privado y cooperativo de Colombia, así como de distintas entidades u organizaciones legales en este país encargadas de representar los intereses venezolanos”, afirma Arles.
De los 300 emprendedores beneficiados, 230 son migrantes venezolanos y el resto son colombianos retornados y población de acogida. “En nuestros proyectos siempre seleccionamos a 70% de los migrantes venezolanos y el otro 30% va dirigido a los retornados”.
Los programas desarrollados por esta corporación y sus aliados humanitarios han sido clave en el éxito de muchos emprendedores. Entre ellos se encuentran programas de capacitación empresarial, asesoramiento legal, ayuda económica y apoyo en la búsqueda de empleo, entre otros.
“Además, Colvenz ha colaborado con diversas organizaciones humanitarias y gubernamentales para trabajar en conjunto en pro de esta iniciativa. Gracias a ello, se ha logrado el establecimiento de una red de apoyo para los emprendedores venezolanos en Colombia, lo que les ha permitido sentirse sumados a la sociedad colombiana”, enfatiza.
Lo que pasa después
Gracias al fortalecimiento hecho con otros aliados de cooperación, los emprendedores pueden seguir su trayecto para que puedan avanzar y pasar de micro emprendedores a microempresarios con el objetivo de llegar a ser empresarios para generar empleo y beneficiar a otras familias.
En torno a los desafíos que enfrentan en su labor diaria, Arles destacó que no existe mucha claridad en las políticas migratorias de algunas entidades. A veces la falta de crédito se convierte en una barrera para los emprendedores.
“Nosotros como organización seguimos empujando a ese emprendimiento para que tenga una estabilidad más alta y genere esa tranquilidad financiera. El reto sigue siendo el tema de recursos monetarios, ya que hay bastantes necesidades que cubrir. No obstante, este es un trabajo en conjunto con las entidades públicas y privadas aunadas a la cooperación internacional de la USAID”.
Las perspectivas a corto y mediano plazo siguen siendo acelerar, de manera significativa, la integración social y cultural en beneficio de los venezolanos.
“No puede generalizarse la narrativa de que todos los venezolanos son flojos porque les gusta vivir de una ayuda humanitaria. No, en lo absoluto. Hay que entender que somos 2,4 millones de migrantes y que hacemos de todo. Salimos adelante, ya sea con un emprendimiento, con un trabajo formal, desde el estudio o el deporte. Gente floja se ve en todas partes. Y no puedo permitir que se diga que somos flojos, pues la mayoría de los venezolanos es emprendedora y se ha adaptado muy bien a la actividad económica en cada zona de Colombia”.
Por último, agrega que “los venezolanos somos ‘echados para adelante y muy ahorrativos’, pues en la fase de adaptación a Colombia lo hemos aprendido muy bien y por eso muchos compatriotas han logrado levantar sus hogares y negocios en el país”, concluyó Arles Pereda Yepes.