Los vecinos del barrio Niquía, de Medellín, se quedaron perplejos cuando el pasado jueves un uniformado de la Policía Nacional se bajó de una patrulla y se dirigió hasta una esquina donde se encontraban dos migrantes venezolanos brindando una serenata: uno tocaba un arpa y el otro cantaba canciones llaneras.
Por unos instantes, los migrantes permanecieron inmóviles porque pensaban que el policía les llamaría la atención por las medidas de aislamiento. Para sorpresa de todos, el intendente jefe de la Policía de Prevención Ciudadana del municipio Bello, Fernando Usma, los saludó y les preguntó si podía cantar una canción con ellos.
Aquella esquina del barrio antioqueño se convirtió en la escena de un video de escasos dos minutos que se viralizó en redes sociales. “Con mucho cariño maestro, Fernando Usma, seguimos…”, fue la breve presentación que hizo el cantante venezolano tras darle paso al policía y cederle el micrófono.
Seguidamente se escuchó: “Soy sincero, aunque tengo mil defectos, no soy un hombre perfecto yo tan solo soy normal, que pesar… y hasta me han sorprendido, por ser un hombre sencillo y a nadie le hago mal…. Si esa es la vida, la que nos marca el camino que debemos recorrer, para mal o para bien, a mí me tocó esta ruta, Y qué le vamos a hacer… Si hay que perder, aún no estoy resignado, déjenme seguir luchando, que mi deseo es vencer….”
La canción del compositor venezolano Julio Miranda, popularizada por el cantante Reinaldo Armas, es prácticamente un himno en la cultura llanera que comparten Venezuela y Colombia.
“Cuando escuchamos la música llanera nos acercamos. En el momento sentí alegría de verlos ahí. Creo que ellos se imaginaron: llegó la policía, nos van a quitar los instrumentos y nos van a poner comparendo, váyanse de acá”, relató el intendente Usma al Proyecto Migración Venezuela.
Por el contrario, el uniformado colombiano les dijo a los artistas itinerantes que continuaran. El compañero de la patrulla animó al intentende, a quien le gusta cantar desde hace 12 años. Le dijo: “Hágale mi sargento, vaya y cante”.
Usma lamenta no haberles tomado el nombre a esos dos venezolanos para compartir de nuevo un repertorio llanero. Solo recuerda que la agrupación se llama El Llano Sin Fronteras. “Son muy buenos artistas. Ese día estaba tan emocionado que terminé tergiversando un poquito la letra de la canción, espero me perdonen”, dice con agrado a la vez que afirma que ese momento tiene una interpretación muy significativa porque lo hizo espontáneamente como una muestra de solidaridad con los venezolanos.
La gente estaba en los balcones mirando la serenata, pero cuando el policía se bajó del vehículo a cantar con los migrantes, todos comenzaron a grabar con sus celulares. “Yo termino uniéndome a una causa que me parece más que justa por todo el estigma que hay contra los venezolanos. Definitivamente todo mi apoyo y respaldo total, no solo al gremio artístico sino a los hermanos venezolanos. Cómo no respaldarlos, cómo no apoyarlos, tienen mucho talento“, añadió Fernando Usma, un aficionado del canto que lleva más de 20 años en la Policía Nacional.
Ese episodio generó reacciones de empatía, tanto de colombianos como de venezolanos, tal como lo escribió en redes sociales Elis Aristizábal: “Viva el folklore llanero, viva la hermandad colombo-venezolana, viva la música, vivan los cantantes y viva la Policía Nacional colombiana representada por los hombres buenos y de corazón llanero como este”.
Usma coincide con que hay un afecto y simpatía muy especial de parte de él hacia los venezolanos. Cree que Dios pone el querer y el hacer, y ese era el momento indicado. Al final de la canción, el policía terminó pidiéndo a los vecinos que aplaudieran a los músicos venezolanos. “Ellos son gente muy buena, profesionales que nos están ofreciendo ese don y talento en estos momentos tan difíciles de la pandemia. Más que un aplauso o una moneda hay que darles un respaldo total”, insistió Usma, quien a inicios de la cuarentena se le ocurrió llevar un mensaje de esperanza cantando a los vecinos de Medellín.
Apenas vio el video en redes, a la migrante venezolana Jackelly Negreti se le erizó la piel, se le aguaron los ojos y de inmediato le escribió a todos sus contactos para que lo vieran. “Esa canción que cantó el policía tiene mucho significado para un venezolano, y más en estos momentos difíciles que estamos viviendo”, afirma.
El intendente Fernando Usma ha sido felicitado por sus jefes, ya que según le expresaron, con su acto espontáneo dejó en alto el nombre de la Policía Nacional. “Qué bacano que un funcionario público pueda compartir con un ciudadano, sin importar su nacionalidad. Un gesto hace la diferencia”, concluyó.
Por: Milagros Palomares @milapalomares