El fenómeno del Niño podría generar movimientos migratorios, dice OIM y FAO 

El fenómeno El Niño (FEN),1​ es un fenómeno o evento de origen climático relacionado con el calentamiento del océano Pacífico oriental ecuatorial (Colprensa - Álvaro Tavera)
El fenómeno El Niño (FEN),1​ es un fenómeno o evento de origen climático relacionado con el calentamiento del océano Pacífico oriental ecuatorial (Colprensa - Álvaro Tavera)

La región de Asia y el Pacífico se encuentra en alerta mientras se prepara para enfrentar las consecuencias del fenómeno climático conocido como El Niño.

Redacción MigraVenezuela

Este notorio evento, caracterizado por el aumento de la temperatura superficial del Océano Pacífico, podría dar lugar a patrones climáticos erráticos, como sequías prolongadas, lluvias impredecibles y eventos extremos como ciclones e inundaciones. Sin embargo, los impactos climáticos no son el único motivo de preocupación. 

En la última década, la región ha sido testigo de un asombroso número de 225 millones de desplazamientos internos en Asia y el Pacífico, lo que representa el 78% del total mundial. Los tifones, las inundaciones, los terremotos y las erupciones volcánicas se han convertido en los principales impulsores de estos desplazamientos, con 22,6 millones de nuevos casos reportados solo en 2022, representando casi el 70% del total mundial de desplazamientos por desastres. 

El sector agrícola es uno de los más afectados, soportando una cuarta parte de los daños y pérdidas totales causados por los desastres. Específicamente, las sequías han tenido un impacto significativo en la agricultura, absorbiendo hasta el 83% de todas las consecuencias económicas provocadas por estos eventos. 

Las comunidades que dependen en gran medida de la agricultura son las más vulnerables a estas perturbaciones climáticas. Las sequías prolongadas pueden dar lugar a malas cosechas, escasez de alimentos e inestabilidad económica, lo que obliga a las personas a abandonar sus hogares en busca de mejores condiciones. Por otro lado, las intensas lluvias e inundaciones causan estragos en la infraestructura y los medios de subsistencia, amenazando la seguridad alimentaria y exacerbando los ya complejos patrones de migración en la región. 

Con la intensificación del cambio climático, los eventos de El Niño podrían aumentar en frecuencia y gravedad, lo que a su vez podría aumentar el número de personas desplazadas, agravando las vulnerabilidades existentes vinculadas a la crisis económica y los efectos residuales de la pandemia. 

Para hacer frente a este desafío, la FAO y la OIM han propuesto un nuevo modelo en el documento “Climate-induced human mobility: How can anticipatory action play a role in Asia and the Pacific?”. Este modelo tiene como objetivo mejorar las capacidades para predecir, prevenir y gestionar el desplazamiento inducido por el clima, destacando la importancia de medidas proactivas basadas en alertas tempranas, como alternativa a las prácticas convencionales de gestión de desastres. 

La directora regional de la OIM, Sarah Lou Ysmael Arriola, enfatiza que la región está experimentando una creciente proporción de desplazamientos por desastres a nivel mundial, y ante la amenaza inminente de El Niño y la intensificación de los peligros climáticos debido al cambio climático, es fundamental abordar estas situaciones con prudencia. 

Catherine Jones, Líder de Acción Anticipatoria de la FAO, afirma que la acción anticipatoria vincula las alertas tempranas con medidas preventivas, salvaguardando a las comunidades y sus activos, con un enfoque particular en el desplazamiento interno y la movilidad humana inducida por el clima. 

Ambas organizaciones reconocen la necesidad de tomar medidas proactivas, ya que la evidencia sugiere que actuar antes de que ocurra un shock anticipado es más efectivo, rápido y digno en comparación con las respuestas humanitarias tradicionales.

Por lo tanto, se esfuerzan por establecer sistemas capaces de comprender y predecir los peligros climáticos, anticipar el desplazamiento y la migración inducidos por desastres, y apoyar a los gobiernos y a las poblaciones en riesgo para prevenir futuros desplazamientos y gestionar mejor las consecuencias de aquellos que ya se han mudado. 

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