El defensor del Pueblo de Colombia, Carlos Camargo alertó que en los primeros ocho meses del año cerca de 102.000 personas migrantes han pasado hacia Panamá, de los cuales el 67 por ciento son venezolanos.
La migración no da tregua en el llamado Tapón del Darién, zona ubicada entre Colombia y Panamá por la que han cruzado entre enero y agosto de este año 102.067 personas migrantes y refugiadas, de las cuales el 76 por ciento son hombres y 24 por ciento son mujeres, de acuerdo con el balance ofrecido por el defensor del pueblo de Colombia, Carlos Camargo.
Las cifras se han incrementado exponencialmente, mientras en el primer mes del año el reporte fue de 4.415 personas, para el mes de agosto alcanzaba las 31.055 personas, explicó la Defensoría.
“Esta es una problemática que no ha tenido freno y que requiere del esfuerzo de las entidades estatales nacionales e internacionales para garantizar que los procesos migratorios se hagan de forma segura, ordenada, legal, acompañada y en condiciones de dignidad”, advirtió Camargo.
Otro aspecto que resaltó el defensor del Pueblo en relación con este fenómeno migratorio es que han cambiado los perfiles migratorios y las nacionalidades. En 2021 se destacó el flujo migratorio de personas de origen haitiano mientras que este año el mayor número corresponde a población de Venezuela, 68.575 personas.
Lo sigue Haití con 6.359 personas; Ecuador, 4.088; Cuba, 3.707, e incluso de Colombia, 1.756 personas. También se han reportado pequeños números de Senegal, India, Bangladesh, Brasil, Angola, Ghana, Nepal, Somalia, República Dominicana, Camerún, Perú, Congo y China.
Camargo llamó la atención sobre un significativo número de niños, niñas y adolescentes migrantes. Este año las autoridades panameñas, entre enero y agosto, registran 14.571 menores de edad que han ingresado a ese país provenientes de la ruta del Tapón del Darién.
La Defensoría del Pueblo de Colombia enfatizó que es necesario fortalecer el control migratorio en las fronteras de entrada y salida de personas en tránsito, debido a que no existen mecanismos de verificación del parentesco de los niños, niñas y adolescentes migrantes con los adultos acompañantes, lo que los puede exponer a trata de personas, explotación sexual comercial o laboral y matrimonio servil, entre otras acciones delictivas.
Carlos Camargo agregó que el acompañamiento de la Defensoría del Pueblo ha permitido observar el incremento del accionar de las redes de tráfico de migrantes, “lo que aumenta los riesgos y vulneraciones de los Derechos Humanos, pues estas bandas trasnacionales se lucran con el tráfico ilícito de migrantes a través de las fronteras”.
Finalmente, el defensor del Pueblo de Colombia apuntó que en la travesía por el Tapón del Darién, los migrantes deben sortear los riesgos propios de la selva, como el acecho de animales salvajes, pasar ríos caudalosos, contraer enfermedades tropicales, agotamiento físico por las largas caminatas y el accionar de bandas de delincuentes.
“A esto se suma el riesgo que asumen algunos migrantes de atravesar el golfo de Urabá en embarcaciones ilegales, a altas horas de la madrugada y sin el cumplimiento de los requisitos de seguridad, lo que los expone a naufragios”, alertó el funcionario.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela