El personero de Necoclí informó que las pocas personas venezolanas que quedan en las playas de esta población son las que no pueden costear sus gastos para retornar a Venezuela o a otras ciudades de Colombia.
El escenario de represamiento en los alrededores de las playas de Necoclí cambió radicalmente en menos de una semana, cuando se encontraban cerca de 10 mil personas venezolanas que tenían en sus planes atravesar la selva del Darién, para llegar a Panamá y luego a Estados Unidos.
El nuevo proceso de control migratorio, anunciado la semana pasada por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, puso freno a la gran cantidad de venezolanos que de manera irregular se aventuraban a atravesar la peligrosa selva del Darién y luego transitar más de cinco países para pisar suelo norteamericano.
Las playas de Necoclí se encuentran despejadas, ya no se ven filas de carpas con migrantes y refugiados esperando un cupo en las embarcaciones que los trasladarían hasta Acandí (Chocó), para luego adentrarse en la selva, informó el personero del municipio Necoclí, Wilfredo Menco al diario El Colombiano.
De acuerdo con el monitoreo realizado por la Personería de Necoclí, algunos lancheros tuvieron que devolver el dinero del transporte a cientos de personas que decidieron retornar a sus países de origen.
Uno de los factores determinantes para que las personas migrantes decidieran regresarse y no continuar su tránsito migratorio a Estados Unidos fue que el pasado fin de semana se acercó hasta Necoclí el embajador de Estados Unidos en Colombia, Francisco Palmieri y en la zona aconsejó a los migrantes venezolanos que no arriesguen su vida para llegar a Estados Unidos, recalcándoles que desde esta semana quienes intenten ingresar de forma ilegal serán deportados a México.
Por su parte, el director de Migración Colombia, Fernando García Monsalva anunció en días pasados que para aquellos migrantes que deseen retornar a Venezuela pondrían a disposición una ruta de retorno, garantizándoles las condiciones humanitarias para llevarlos hasta la ciudad de Cúcuta, en Norte de Santander, y así por su cuenta esta población retorne al vecino país.
Por: Milagros Palomares @milapalomares