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Académico analiza los beneficios de reabrir la frontera colombo-venezolana

Antes del cierre ordenado por Nicolás Maduro en 2015, por la frontera de Norte de Santander transitaban a diario 40 mil vehículos. | Por: CORTESÍA MIGRACIÓN COLOMBIA

Juan Carlos Garmendia Mora, docente de la Escuela de Negocios, Gestión y Sostenibilidad del Politécnico Grancolombiano, explica los efectos que traerá esta decisión para ambos países ante la inminente reactivación de las franjas fronterizas. 

Las cartas están echadas. La reapertura comercial de las zonas fronterizas entre Colombia y Venezuela es un hecho tras la toma de posesión del nuevo Gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro, quien prometió restablecer relaciones diplomáticas con el vecino país. 

Desde agosto del año 2015 la frontera de Norte de Santander permanece cerrada para el paso de vehículos por decisión del Gobierno venezolano, quien para ese momento expulsó a 20 mil colombianos de su territorio, la mayoría del estado Táchira. Posteriormente, el 23 de febrero de 2019, Nicolás Maduro rompió relaciones diplomáticas con el Gobierno de Iván Duque, y desde entonces, las pérdidas económicas y de empleos han sido muy grandes en las zonas fronterizas de La Guajira, Arauca y Norte de Santander. 

Gremios de comerciantes de ambos países están a la expectativa. Muchos reciben con buenos ojos el restablecimiento de relaciones y la posible reapertura, ya que se percibe como una oportunidad para reactivar la economía, el desarrollo social, mejorar las condiciones de seguridad, el resurgimiento en el comercio, en los bienes y servicios.

Ante este escenario, Juan Carlos Garmendia Mora, docente de la Escuela de Negocios, Gestión y Sostenibilidad del Politécnico Grancolombiano, analiza los efectos que traería esta decisión: “Seguramente el mayor impacto se dé en el comercio de mercancías, principalmente alimentos, medicamentos y algunos rubros industriales”, asegura.

En relación con el sector de los servicios, este académico sostiene que en el turístico probablemente haya un incremento, “pero no tan grande, debido a las falencias de infraestructura y seguridad de Venezuela, lo cual limitará el paso de ciudadanos colombianos, debido al bajo poder adquisitivo de la población venezolana, serán pocos los que viajen a Colombia”.

¿Pero qué otros elementos son importantes para que ese intercambio comercial se desarrolle de la mejor manera posible? Garmendia Mora argumenta que la deteriorada infraestructura vial, la falta de combustible y las fallas eléctricas en Venezuela, influirán en estas actividades comerciales. También se debe recordar que las agencias aduaneras y demás empresas logísticas relacionadas con el comercio binacional están inoperativas desde hace varios años, por lo que el experto considera que su puesta en funcionamiento también puede demorar algún tiempo.

Adicionalmente, el experto aclara que los principales beneficiarios serían los consumidores venezolanos y las empresas colombianas. Puesto que serán los primeros en recibir productos a menor precio, mayor cantidad y en cualquier parte del territorio venezolano, una vez que la mercancía colombiana comience a ingresar legalmente. Por otro lado, Garmendia afirma que los perdedores con la reapertura de la frontera con Venezuela son aquellos grupos irregulares que controlan el paso fronterizo de mercancías y los cuerpos de seguridad del estado venezolano que cobran “coimas” para el paso de los productos en las carreteras del vecino país.

“Ya se están haciendo reuniones bilaterales de los gremios comerciales, industriales y aduaneros para preparar esa reactivación. Se habla de generación de puestos de trabajo, nuevos emprendimientos, en fin, oportunidades varias”, apuntó el docente, quien destaca que no solo se trata de un asunto económico, sino de una necesidad para el desarrollo de la vida cultural, social e histórica de una línea fronteriza de más de 2.219 kilómetros que une a Colombia con Venezuela. 

Por: Milagros Palomares @milapalomares