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Las dificultades que viven los migrantes en zonas rurales

Aunque la mayoría de los migrantes se concentra en las principales ciudades del país, muchos de ellos viven de las labores del campo. Archivo Colprensa/Sergio Acero
Aunque la mayoría de los migrantes se concentra en las principales ciudades del país, muchos de ellos viven de las labores del campo. Archivo Colprensa/Sergio Acero

Los venezolanos que se han establecido fuera de las ciudades capitales viven en muchos casos cuidando fincas, limpiando casas o vendiendo productos en las calles.

Por Fátima De Oliveira – Te lo Cuento News

Aunque la mayoría de los venezolanos que ha emigrado a Colombia en los últimos años se ha concentrado en las principales ciudades capitales, en donde consideran que encuentran las mejores oportunidades de empleo, decenas de personas se han radicado en zonas rurales en donde también encuentran oportunidades.

Al estar lejos de las ciudades lograron obtener un sustento, con menos controles de las autoridades, pero al mismo tiempo tienen menos oportunidad de obtener ayuda institucional del Estado y de organización defensoras de derechos humanos.

Según Anahy Breisse, de Fundación Sin Fronteras Colombia, los migrantes venezolanos en las zonas rurales atraviesan más dificultades. “Si en las zonas urbanas hay problemas, en las zonas rurales hay aún más carencias y más abandono. Incluso más xenofobia, ya que si para los propios coterráneos existen complicaciones, entonces para las personas de otro país, no va a ser nada fácil”, indicó.

Ruralidad y vulnerabilidad

En algunas zonas de Colombia afectadas por el conflicto, los migrantes corren también el riesgo de ser víctimas de grupos armados ilegales, que encuentran en ellos, especialmente en los jóvenes, personas suceptibles de ser reclutadas. Las mujeres también son un blanco de los criminales que las exponen a la prostitución.

“Existen casos muy graves de venezolanos contratados para trabajar en fincas, pero no les pagan lo establecido por la ley o les pagan con drogas. Son casos para llorar. Se trata de familias que han sido engañadas; las explotan y luego las botan. He sabido de casos de personas a las que las drogan para no pagarles. Y si eres mujer y no has sido violada, debes darle gracias a Dios”, comentó Breisse.

Aunque para los gobiernos departamentales la llegada de los venezolanos a las zonas rurales puede tener efectos positivos en la economía agrícola, a los organismos de ayuda humanitaria les preocupa que los migrantes caigan en la ilegalidad, realizando actividades como el contrabando o la prostitución. 

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