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Atención migrantes: estos son los venezolanos más queridos en Colombia

Ricardo Montaner nació en Argentina pero desde los 6 años viajó a Venezuela desde donde se proyectó al mundo. | Por: GERARDO GÓMEZ - SEMANA

No hubo nadie que no declara su amor con una canción suya o que no pasara una navidad bailando con ellos, o que no se muriera de risa con sus ocurrencias. Hablamos de cinco venezolanos que marcaron huella en Colombia y cuyo recuerdo sigue presente en las conversaciones a pesar del paso de las generaciones.

Bien sea en la música, o en otras actividades artísticas, el talento venezolano ha enriquecido a Colombia por décadas. Nuestro país se ha rendido a los pies de diferentes artistas que han dejado huella con el paso de los años pues han hecho parte de las historias que tenemos para contar.

Les presentamos cinco venezolanos inolvidables.

PASTOR LÓPEZ

El rey de la música tropical fue tan famoso por su inolvidable voz como por los llamativos anillos que usaba. Nació en Barquisimeto pero pronto vino a vivir a Colombia, donde su música cautivó a millones de personas. 

Éxitos como “Traicionera”, “Golpe con golpe” o “Mi carta final”, se convirtieron en referencia obligada para el amor y el despecho a ritmo de cumbia o paseaíto. El Indio, como lo llamaban sus fans, tenía claro cómo tocar las fibras más íntimas del sentimiento.

Murió en Cúcuta en y describió su vínculo con los dos países con una frase conmovedora: “Venezuela me vio nacer y Colombia me vio crecer. Todo lo que tengo se lo debo a este país”.

LA BILLO’S CARACAS BOYS Y LOS MELÓDICOS

Dos de las más legendarias orquestas venezolanas presidieron la gozadera en Colombia durante las navidades de la´decada de los 70 y 80 del siglo pasado. No hubo baile en que las orquestas de Billo Frómeta y Renato Capriles no fueran protagonistas.

Su cercanía estrecha con Colombia, sus composiciones y arreglos para homenajear el paisaje, la belleza de las mujeres y la hospitalidad de la gente, los inscribieron en el libro de oro de la música colombiana y los consagraron como leyendas para quienes hoy rondan los 60 años, y todavía desempolvan los discos de vinilo para enseñarles a su nietos a bailar porro.

FRANCO DE VITA

Corrían los años 90 del siglo pasado cuando este caraqueño de ascendencia italiana les enseño a los colombianos que las letras románticas no reñian con el sonido moderno. 

Franco De Vita enamoró a los jóvenes y adolescentes del momento con temas como “Un buen perdedor” y “Somos tres”, que sonaban tan parecido al rock en español que hacía furor en la época pero que, además, tenían un mensaje sobre la cotidianidad.

Desde entonces, convirtió a Colombia en su nueva casa y su legado musical todavía perdura en las listas de reproducción de las plataformas digitales y en los discos compactos y cassettes que los cincuentones atesoran.

RICARDO MONTANER

Si hablamos de Héctor Eduardo Reglero, seguramente nos dirán que es un argentino que se fue a vivir a Caracas, pero si les hablamos de Ricardo Montaner, todos comprenderán que ese niño que nació en Avellaneda es más venezolano que la arepa.

Y sobre todo, que es tan venezolano como colombiano porque gran parte de su carrera estuvo ligada a nuestro país, donde su portentosa voz le dio vida a canciones que nos enamoraron desde siempre.

Dos telenovelas marcaron su consagración, gracias a que sus canciones hicieron parte de la banda sonora, y hasta tuvo presencia como actor invitado.

La primera fue “Lucerito”, musicalizada con su canción “Ojos negros”; la segunda, la legendaria “Betty, la fea”,  cuando, en uno de cuyos momentos cumbre, Montaner ayudó a la reconciliación de sus protagonistas con el tema “Bésame”.

CARLOS DONOSO

El papá de Lalo y Kinny se hizo famoso no solamente por su prodigiosa garganta a la hora de hacer ventiloquía; este chileno, hijo de una familia que migró a Venezuela, se convirtió en abogado y en dueño de la risa.

Y dueño del cariño de miles de colombianos que admiraron tanto su talento para hablar en cuerpo ajeno como su picardía para relatar historias cotidianas.

Se hizo célebre gracias a su presencia en varias versiones del famoso Festival Internacional del Humor, que le abrió las puertas para consolidar extensas temporadas de shows en vivo en diversos teatros de las principales ciudades de Colombia.

Por: Mario Villalobos @maritovillalobo