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El increíble camino de liderazgo de dos mujeres migrantes en Bucaramanga

El increíble camino de liderazgo de dos mujeres migrantes en Bucaramanga
El increíble camino de liderazgo de dos mujeres migrantes en Bucaramanga

En medio de la complejidad y los desafíos de la migración, un grupo de mujeres en Bucaramanga, encontró en el liderazgo comunitario una vía para enfrentar las adversidades y transformar vidas.

Por Vanguardia – Juntos se puede

“Señala el palito, señala el palito”, dice Dunia López entre risas. “Sí, ¿ves ese árbol de allá? Ahí nos sentamos a tomar café y hablar de la fundación, ahí nació Corpomas”, responde Anyul Botello. Ambas son vecinas y viven en la vereda Los Angelinos, en el asentamiento La Gracia de Dios, sector El Plan, en el norte de Bucaramanga. Aunque ahora son inseparables, tres años atrás no se conocían y la idea de ser lideresas no estaba contemplada en sus planes.

“A Venezuela le agradezco mis dos hijas”, dice Dunia, ella es oriunda del departamento de La Guajira y en 1997 se desplazó a la frontera en Maracaibo, huyendo de la incursión paramilitar que se vivía en la región.

Allí vivió por 16 años como ama de casa y trabajaba en confecciones y arreglos de ropa. Sin embargo, ante la crisis económica y social retornó a Colombia en 2013 y se estableció en el barrio El Nogal con su familia. “Los colombianos retornados vivimos una doble migración y aunque es difícil volver le doy gracias a Dios porque llegué a un barrio en el que encontré empatía y un sentir por apoyar al otro. Desde niña soñaba con vivir en Santander”, comenta.

Anyul es oriunda de Zulia, un estado fronterizo con nuestro país. Allí vivía con su familia y desempeñaba las labores del hogar. No obstante, migró a Colombia por motivos de seguridad y se estableció en el barrio Colorados.

“Decidimos venir a Santander. Nunca pensé en volverme líder, pero soy migrante y cuando llegué no conocía a nadie. Ya pasé por las mismas situaciones que viven quienes llegan, como el hecho de no tener para un arriendo o para la comida. Recuerdo que en una oportunidad nos tocó empeñar el teléfono por 20.000 pesos; eso es duro, pero te fortalece”, según relata.

Los primeros pasos

El impacto del primer año de pandemia por el Covid – 19 incrementó la cifra de desempleo del 9,6 % a 14,6 % en 2020, según el Informe de Desarrollo de Santander de Prosantander. La falta de un recurso fijo generó la movilización de familias que no podían sostener un arriendo. Dunia López, por ejemplo, trabajaba en oficios varios en casas de familia y el aislamiento obligatorio le impidió continuar la labor.

Por la situación, ambas mujeres se desplazaron al asentamiento ‘La Gracia de Dios’, donde se unieron al grupo de familias que fundaron el sector ‘El Plan’ en esa área. “Nuestra comunidad está compuesta por colombianos víctimas del conflicto, desplazados, firmantes del acuerdo y migrantes. En total, somos alrededor de 46 hogares ”, explica esta mujer.

La distancia del sector puso barreras en el acceso a información y servicios, sobre todo, para la población migrante que llegaba a la comunidad. Esta situación motivó la creación de Corpomas, que en un principio se llamaba Fundación Ayudarnos, el 18 de octubre de 2021. A través de redes sociales, Botello y López, recopilaban información de interés que luego difundían en un grupo de WhatsApp. Así se abrieron camino en sus liderazgos.

“Algo que hacíamos era sondear en donde habían jornadas de servicios e íbamos a visibilizar el barrio, a tratar de que eso que daban por allá, lo trajeran para acá. Recuerdo que una vez vino la Cruz Roja y fuimos a buscarlos. Les comentamos que aquí había una comunidad que no tenía acceso a servicios de salud y nos dieron orientaciones de qué podíamos hacer. Entonces, buscábamos la manera de contactarnos con entidades y así conocer los diferentes cooperantes”, agrega Dunia López. El relacionamiento fue una herramienta fundamental para ambas líderes que se transformaron en voceras y referentes de orientación para la población migrante y colombiana.

“Tuvimos mucho apoyo de la Defensoría del Pueblo, fueron los primeros en venir y nos asesoraron en todo. La acogida de la comunidad era muy grande y nos dimos cuenta que era importante organizarnos y aterrizar nuestro proyecto”, relata Anyull Botello.

Corpomas, un nuevo capítulo

En el proceso de consolidar su trabajo en comunidad, las mujeres encontraron una oportunidad de formación con el Proyecto Integra, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Usaid. La iniciativa les ayudó a sentar las bases de su trabajo y fortalecer el equipo. “Construimos los estatutos, integramos a Luismar en el grupo y cambiamos el nombre por Corporación Unidos Podemos Ayudar Más, Corpomas”, indica Anyul.

Esta participación reafirmó en ellas el trabajo comunitario y las inspiró a crear un distintivo propio con las herramientas que tuvieran a su alcance. “El logo lo buscamos en Canva, aún nos falta modernizarlo, pero para nosotras representa la esperanza de potenciar una cohesión social en donde podamos mirarnos como iguales entre todos”, explica Dunia.

La cercanía con el Proyecto Integra les posibilitó acercarse a otras instituciones como el Centro Intégrate, cuyo nacimiento, según López, marcó un hito importante para la comunidad porque podían encontrar todo tipo de orientaciones en un mismo espacio. “Jurídica, psicosocial, socioeconómico, acceso a salud y educación, todo. Nuestra misión se ha centrado en mostrarle a la gente que el Intégrate es una institución que le sirve a toda la población sin exclusión alguna”, insisten.

Luego de tres años de liderazgo recalcan que la empleabilidad es una de las necesidades más grandes, bien sea por la ausencia del empleo o por la poca remuneración que reciben. Por lo tanto, desde la corporación han trabajado mano a mano con cooperación internacional para impulsar ideas de negocio dentro del asentamiento. Recientemente, lograron fortalecer 10 emprendimientos con el apoyo de GIZ y Corfas, entre los que destacan proyectos de: panadería, carpintería, confección, salón de belleza, gallinas ponedoras y pollo criollo.

“Yo las admiro mucho porque se han puesto la camiseta por toda la comunidad y en este trabajo, a veces, es muy fácil tirar la toalla, pero ellas no se han rendido”, comenta Orlando Torres, presidente de la Junta de Acción Comunal del sector El Plan.

Tejer redes de empatía

Otro eje de trabajo para estas lideresas se ha enfocado en la integración de la población del sector ‘El Plan’ con comunidades aledañas. Para este propósito han fomentado la creación de espacios como ‘El Festival de La Paz y La Vida’, que realizaron el pasado 9 de marzo, donde buscaron presentarse como comunidad y visibilizar las necesidades que enfrentan en la zona ante población civil, instituciones gubernamentales y cooperantes.

A ritmo del bingo y los mejores pasos de carranga, se realizaron concursos y dinámicas con el fin de recaudar fondos para mejorar el acceso al agua. “El tubo madre es una manguera muy delgada que con cualquier cosa se tapa y duramos dos o tres días sin agua, entonces pensamos en reemplazarlas por tubos de pvc y no es que sea la gran cosa pero podemos garantizar un mejoramiento en el agua”, explica el presidente de la Junta de Acción Comunal del sector El Plan.

En el acontecimiento contó con la participación de los emprendimientos de la comunidad y expuso las buenas prácticas que se han promocionado en torno al cuidado del medio ambiente y el reciclaje. “El mensaje que queremos dar a la institucionalidad es: ¡Aquí estamos! y estamos apostando al desarrollo social de la ciudad con nuestros negocios”, exclamó Dunia.

“Todos tenemos necesidades y que bueno que podamos tejer unas redes de apoyo entre barrios porque sin importar nuestra procedencia o condición, somos personas y buscamos oportunidades”, aseguró Zulma Lasso Pineda, presidenta del barrio El Nogal 1.

Como organización, Corpomas tiene varias metas: la principal es tener un espacio en el norte de la ciudad que acoja a las comunidades lejanas y les brinde toda la orientación necesaria. “Queremos enfocar nuestro trabajo en el fortalecimiento de procesos formativos en derechos humanos, teniendo en cuenta la integración cultural. Ojalá podamos llevar nuestro mensaje de empatía y solidaridad a un contexto nacional”, concluye esta lideresa.