Colprensa y Te lo Cuento News, con el apoyo de USAID, administrarán este espacio que busca comprender mejor la migración y la integración, y combatir con información e historias de vida la discriminación, los prejuicios y la xenofobia.
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Venezolanos que se ayudan entre sí, la historia de Juntos Se Puede

Ana Karina García, directora de la fundación Juntos Se Puede.
Ana Karina García, directora de la fundación Juntos Se Puede.

Esta organización sin fines de lucro, que comenzó consiguiendo juguetes para entregar en Navidad, ha trabajado durante cuatro años bajo la premisa de apoyar a los venezolanos fuera de casa.

Fátima De Oliveira – Te lo Cuento News

En una Navidad, un grupo de jóvenes venezolanos decidió sustituir la nostalgia por la acción y se dirigieron a una comunidad de acogida para solicitar juguetes y entregarlos a los niños en situación de calle. Al ver los problemas que vivían muchos migrantes venezolanos en temas de salud y regularización, decidieron crear en 2019 la Fundación Juntos Se Puede.

“La idea era convertirla en una mano amiga para la población migrante, refugiada y vulnerable que provenía de Venezuela, pero con el paso del tiempo esta visión se ha ido ampliando”, explica Ana Karina García, directora de Juntos Se Puede.

En estos cuatro años, la fundación ha desarrollado varios programas enmarcados en tres líneas diferentes de acción, pensadas precisamente en torno a una visión integral de la migración. La primera línea es el modelo 360, la segunda es de carácter más participativo y la tercera es de investigación y memoria histórica.

El modelo 360 también lleva por nombre Línea de Atención al Migrante, que es el primer espacio con el que cuenta la fundación para prestar servicios a migrantes, refugiados y colombianos retornados de Venezuela. A través de este modelo, ellos ofrecen ayuda en temas como la integración, regularización, salud y trabajo.

Asimismo, Juntos Se Puede ha enfocado su trabajo en la motivación de los migrantes venezolanos, para que sean ellos mismos los que generen oportunidades locales y emprendan actividades positivas que contribuyan a sus comunidades de acogida y reduzcan la xenofobia.

Entre sus programas y talleres de formación se encuentran “Juntos luchando por la vida”, “Una sola nación”, “Con mochila a la escuela” y “Una sonrisa para Navidad”. Este último programa fue el pionero de la fundación y lo repiten anualmente para compartir las tradiciones venezolanas con las colombianas.

La App de la integración

La Fundación Juntos Se Puede creó una herramienta digital que se puede descargar a través de la Play Store de Google llamada “Mi Pana”, cuyo nombre proviene de la palabra coloquial que usan los venezolanos para referirse a un amigo especial o a un compañero inseparable.

“Es el resultado de una investigación académica para una maestría de gestión pública y gobierno territorial. Tiene dos perspectivas, la primera es cómo a través de esta app engranamos a las distintas organizaciones públicas y privadas para crear un solo ecosistema en el que podamos concretar estrategias. A su vez, el migrante tiene acceso a todas las rutas con un enfoque integracionista”, detalla García.

Esta aplicación fue lanzada con el financiamiento de la Fundación Nacional para la Democracia (NED). Los usuarios de “Mi Pana” podrán revisar la información sobre los servicios que las organizaciones registradas ofrecen, además, tendrán acceso a una especie de tienda de emprendedores venezolanos.

A juicio de la directora de esta fundación, aún queda mucho por hacer para lograr la integración de los migrantes venezolanos en Colombia y es necesario seguir ayudando a estas personas, especialmente a las poblaciones más vulnerables, como lo son los menores de edad y las mujeres en proceso de gestación.

“La migración no son cifras, no es un número; son historias, son personas. Son seres humanos que pudiesen ser tu mamá, tu hermana, tu hijo, tu prima, o tu abuelo. Al final viven en otro país sin dejar de ser venezolanos, salieron porque se vieron obligados y tienen el anhelo de volver”, concluye García.