“La migración es una problemática humana con cara”: directora de FUPAD  

Katie Taylor, directora ejecutiva de la Fundación Panamericana para el Desarrollo - FUPAD
Bogotá. Marzo 7 de 2023. Katie Taylor, directora ejecutiva de la Fundación Panamericana para el Desarrollo - FUPAD. (Colprensa - Camila Díaz)

La migración venezolana es un asunto que no solo es de interés para Colombia y Venezuela, sino para todo el continente.

Así lo entiende Katie Taylor, directora ejecutiva de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD), una organización que hace parte de la OEA y que vela por el desarrollo sostenible y la protección humanitaria de poblaciones vulnerables.

Taylor, que estuvo recientemente en Colombia, visitó el país para acompañar la labor humanitaria que hace la organización en el país, de la cual la migración hace parte muy importante.

En entrevista con MigraVenezuela, insistió  en que a la migración se le debe dar una mirada integral, a largo plazo, que no se quede solo en la atención humanitaria sino que se oriente a una verdadera integración.

Hay muchos esfuerzos que se vienen haciendo desde hace años por darle oportunidades de emprendimiento a las poblaciones que venían de tener dificultades con el conflicto. ¿Cómo ve esos esfuerzos por generar respuestas en los lugares más apartados? 

La pandemia fue algo terrible, generó muchos problemas en temas de salud a las personas, quienes no solo perdieron a sus seres queridos, sino que también se vieron afectadas económicamente y por el aumento de la violencia. 

Pero hay un dicho religios, que dice: ‘cuando Dios cierra la puerta abre una ventana’.  Entonces, ¿Cuáles son las cosas que han salido de innovación y de creatividad que nos permiten superar ciertas condiciones?

Un ejemplo; hemos trabajado con Fedecacao y la Fundación Luker en promover proyectos que puedan justamente ayudar a comercializar, no solo cacao, sino ají, palmito y otros cultivos primarios.  

Además, retomando el tema de desplazamiento o migración, intentamos encontrar soluciones que abarquen necesidades locales, que bien pueden ser en temas agrícolas o que permitan mayores avances tecnológicos.  

Para esto, voy a dar dos ejemplos: tenemos un proyecto ahora trabajando con mujeres afrocolombianas para darles acceso a tecnologías para que, justamente, puedan desarrollar medios de vida que sean más conectados a la modernidad.  

Otro ejemplo más es lo que sucede aquí a la vuelta en Cundinamarca, con la Zona Franca, que tiene alrededor de 64 empresas que no estaban llenando los puestos vacantes por colombianos y colombianas, y al mismo tiempo estaba viniendo una población migrante.  

Entonces, ¿qué labor hicimos? Entender cuáles eran las capacidades necesarias para llenar esas vacantes y fortalecer esas mismas capacidades en las poblaciones migrantes para que pudiera haber un resultado, gana-gana. Ganan las empresas que ahora sí tienen empleados, ganan los migrantes que tienen medios de vida dignos, gana el gobierno local, que ya no tiene la carga del desempleo y gana la comunidad local porque si más personas están trabajando contribuyendo a la economía local y levantando el barco para todos. 

Yo diría que sí ha habido avances. Tenemos la tendencia humana de enfocarnos en la coyuntura, porque si entran más de 2 millones de personas, que es más del 5 % de la población del país, pues es un reto. Estamos ayudando a todos los sectores a enfrentar ese reto. 

"La migración es una problemática humana con cara": directora de FUPAD  
"La migración es una problemática humana con cara": directora de FUPAD   La migración venezolana es un asunto que no solo es de interés para Colombia y Venezuela, sino para todo el continente.

¿Qué avances y qué preocupaciones ve en la forma cómo se está abordando el tema de la migración en Colombia? 

La cooperación internacional está siendo y ha sido en estos últimos cuatro o cinco años muy activa, en términos de apoyar al gobierno colombiano y a otros de la región. Colombia quizás ha sido el país acogedor más grande. 

Nosotros como organización estamos trabajando en más de 10 países, específicamente en lo que es la migración venezolana. En Colombia hemos trabajado con todos los gobiernos. Nosotros somos una organización sin fines de lucro, apolítica.  

Existen problemáticas inmediatas, a corto y mediano plazo y otras a más largo plazo. Muchas veces la atención inmediata es casi humanitaria; necesidades básicas. Lo estamos viviendo ahora en Panamá, que trabajamos del otro lado de la frontera colombiana en el Darién, ayudando a las poblaciones locales a acoger lo que pensaban que iban a ser 400 personas al día y que resultaron siendo más de 4 mil.  

Hay otra atención inmediata que puede ser comida, salud básica, porque la migración es una palabra teórica, pero estamos atendiendo a personas: una mujer embarazada, una mujer lactante con dos hijos o una anciana. O sea, es una problemática humana con cara y la atención es entender cuáles son las necesidades básicas.  

A mediano plazo, puede ser atención psicosocial porque es dejar todo, tu familia, tu país, a veces tu idioma, dejar todo lo que conoces, tu iglesia.  

¿Colombia qué ha hecho de maravilloso y me parece que es el único país que lo hace? Los permisos de trabajo temporal, eso es algo sumamente importante para estas poblaciones. Estas personas necesitan poder tener acceso a servicios básicos, como educación para los niños. Pero también es fundamental el trabajo para que ellos tengan un medio de vida. 

Lo tercero es asegurar que a largo plazo esta población sigan teniendo acceso a sus derechos y a la justicia. Esto ayuda a fortalecer las capacidades de la comunidad local que incluyen, en muchas ocasiones, a entidades de gobierno o entidades del Estado, así como empresas del sector privado. 

¿Cómo hacer para que los gobiernos no solamente de Colombia y Panamá, sino de toda la región, tengan una política conjunta frente a la migración, especialmente en el caso del Darién? 

Lo bueno es que hay muchas entidades intentando trabajar en estos temas. Una de las entidades que apoyamos es la Defensoría, que es una entidad del Estado importantísima, que hemos apoyado para que llegue a las comunidades más lejanas. Ellos tienen unos datos magníficos, llevan 30 años recogiéndolos. También apoyamos un análisis previo para que cuando se llegue a las comunidades, se llegue con las atenciones de diversas partes del gobierno, de entidades del Estado, para apoyar esas comunidades, porque para crear confianza (y según entiendo el chaleco de la Defensoría es un chaleco que genera confianza) hay que sensibilizar, comunicar, educar, pero al mismo tiempo entregar soluciones.  

Otra parte que es importante que se relaciona al ámbito internacional, es que Colombia tiene que enfrentar esta situación, muchas veces, de manera binacional.  

El segundo tema que mencioné fue el de las causas de la migración, en general, y esto no es nada exclusivo de Colombia, las causas son inseguridad y violencia o falta de oportunidades económicas. Habrá otras, pero las dos principales son esas, y parte de nuestra misión es justamente enfrentar a esas realidades. Aunque hay una coyuntura de inseguridad, es una labor de largo plazo. 

¿Siente usted que ha habido coordinación suficiente entre gobiernos, por ejemplo de Colombia y Panamá, incluso de Ecuador? 

Ante todas las problemáticas del mundo uno siempre se dice “hubiéramos podido hacer más”. Dicho eso, siento que ha habido esfuerzos importantísimos tanto de diferentes entidades del gobierno colombiano y de otros gobiernos de la región para coordinar.  Es difícil. Organismos como la OEA pueden en acuerdos, y también aportando esfuerzos multifrontera, para enfrentar problemáticas que tocan a muchos países.  

¿Cuáles son esos objetivos de trabajo que ven en Colombia? 

Filosóficamente, para mí es inclusión y sostenibilidad. Necesitas incluir a todas las poblaciones: afrocolombianos, poblaciones étnicas, poblaciones LGBTQ+, empoderamiento de mujeres, incluir a los jóvenes y adolescentes en las soluciones del futuro.  

La inclusión es fundamental, porque estamos ahora en un mundo donde se explotan las divisiones y lo que queremos es avanzar el potencial de trabajo en conjunto y eso empieza con una inclusión muy local. Y dos, la sostenibilidad, que no es fácil. La inclusión no es fácil, tampoco la sostenibilidad. Pero si lo hacemos dentro de una óptica de resultados, de soluciones verdaderas, de transparencia, de Estado, de derecho, de educación y con esa inclusión, siento que sí podemos. Eso no quiere decir que el día de mañana vamos a deshacer la violencia o los actores ilícitos internacionales que vienen a crear caos. No, pero sí creo que estamos avanzando y juntos seguiremos avanzando.