En la Casa de Justicia de Aguablanca, en la capital de Valle del Cauca, las migrantes y retornadas colombianas provenientes de Venezuela, encontraron un espacio para conocer las rutas de atención y prevención de violencias de género.
Son las 4:00 de la tarde y la sede de la Casa de Justicia de Aguablanca se encuentra repleta de usuarios que acuden a este lugar a exponer sus casos para el restablecimiento de derechos en situaciones de violencia intrafamiliar.
Los funcionarios públicos —adscritos a la Alcaldía de Cali— están atentos a las denuncias de las personas que llegan. Los atienden con buenos ánimos y disposición de ayudar a resolver sus conflictos.
En este espacio, las mujeres migrantes venezolanas y las retornadas colombianas son atendidas por igual. De hecho, aprovechan la presencia de todas ellas para darles una charla de prevención de violencias de género y de inmediato disponen de una sala con material pedagógico para explicarles las señales de alerta, rutas de atención y reflexionar sobre casos reales de violencia intrafamiliar.
Algunas de las presentes se atreven a dar sus testimonios, y otras, como la venezolana Ana Arévalo, de 26 años, agradeció la charla que le dieron los funcionarios de la Casa de Justicia de Aguablanca. “Fue muy interesante esta información sobre prevención de violencias de género, yo no sabía lo que significaba la violencia económica y ahora estoy atenta por si lo vivo con mi pareja”, dijo la migrante.
César Augusto Lemos, subsecretario de Acceso a los Servicios de Justicia, explicó que los servicios de acceso a la justicia que se prestan a los nacionales son iguales para la población extranjera proveniente de Venezuela.
“Estamos montando unos centros especializados en atención a esta población migrante y retornada con apoyo de la cooperación internacional, impulsado desde la Secretaría de Bienestar Social y la Secretaría de Justicia”, afirmó Lemos, quien instó a las personas migrantes a acercarse hasta las Casas de Justicia para que reciban asistencia jurídica y psicosocial.
Las mujeres refugiadas y migrantes en condición irregular tienen un mayor factor de riesgo y vulnerabilidad de ser víctimas de Violencia Basada en Género (VBG) durante la ruta migratoria o en las ciudades en las que deciden radicarse, tal como lo comprobó la investigación de campo Desprotegidas, realizada por la organización Amnistía Internacional, y que se publicó este 12 de julio de 2022.
En este informe indican que a pesar de los altos niveles de subregistro, los datos existentes muestran que la Violencia Basada en Género en contra de las migrantes y refugiadas venezolanas aumentó en Colombia y Perú en el último año, en los dos países en los que centraron el estudio.
Por: Milagros Palomares @milapalomares
