Pese a muchos prejuicios, un informe realizado en 2019 por la Fundación Ideas para la Paz (FIP) detalló que los índices delictivos no se habían visto afectados por la llegada masiva de los migrantes venezolanos. Por el contrario, la mayoría de la población de ese país se insertó a las dinámicas productivas colombianas.
De acuerdo con la plataforma Barómetro de Xenofobia, que analiza las conversaciones en Twitter y medios de comunicación locales, para finales del año 2022 el discurso contra los migrantes venezolanos en Colombia creció 169%. Estas publicaciones ofensivas, en su mayoría, estaban relacionadas con la reapertura de la frontera, que se hizo oficial el 26 de septiembre del año pasado.
Desde el lado positivo, en cambio, las publicaciones de tolerancia e integración alcanzaron 510% y las conversaciones sobre temas migratorios en el país aumentaron 258%, lo que refleja, no sólo la diversidad de opiniones, sino el deseo que tiene la mayoría de la población colombiana de acoger a los migrantes.
También son víctimas
En 2018 la tasa de capturas de venezolanos aumentó, pero también subió la victimización de estos migrantes, representando casi 2% del total de víctimas en Colombia para ese mismo año.
Según el Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses, entre enero de 2017 y marzo de 2022 se registraron 4,129 muertes violentas de ciudadanos venezolanos, de las cuales 2.558 correspondían a víctimas de homicidio.
El informe de Ideas para la Paz señaló que si bien la tasa de captura de venezolanos en Colombia creció 103% en 2018, la proporción de venezolanos capturados era apenas el 3% del total y solo el 1% del total de reclusos en el país (hay que recordar que el número de venezolanos en Colombia equivale ya al 5% de la población colombiana).
Anahy Breisse, de la Fundación Sin Fronteras, explica que en Colombia, así como en otros países de América Latina, siempre ha existido el fenómeno de la inseguridad.
“Lamentablemente, van a reflejar lo negativo y poco lo positivo. Yo puedo decir que es muy baja la cantidad de población migrante venezolana que ha generado una situación contraria a lo que debería ser un comportamiento de una persona que llega a un país de acogida. Para mí son minoritarios”, señala.
Breisse agrega que no cree que la inseguridad haya aumentado por la migración venezolana. “No vamos a negar que muchos migrantes han venido a hacer cosas diferentes a lo correcto, pero también hay que reconocer que hay bandas dedicadas al narcotráfico que utilizan a las poblaciones migrantes como carne de cañón, porque ven la vulnerabilidad”.