Los migrantes venezolanos y el estrés postraumático, su enemigo callado

El estrés postraumático tiene consecuencias muy graves que van desde los desórdenes alimenticios hasta afectaciones mentales graves. | Por: DANIEL REINA - SEMANA

El Proyecto Migración Venezuela conversó con Cathy Lawy, especialista israelí en salud mental y quien ha estado asesorando al gobierno polaco con los migrantes de Ucrania. Considerada una de las más prestigiosas expertas en el tema advirtió sobre la importancia del cuidado de la salud mental de las personas venezolanas.

Si usted es migrante y frecuentemente tiene pesadillas, trastornos del sueño, desequilibrio emocional, hipersensibilidad a los sonidos, la luz, el entorno, entre otros síntomas, probablemente sufra de estrés postraumático y requiere ayuda urgente.

La enfermedad es una especie de epidemia silenciosa y la enfrentan aquellas personas que vivieron episodios que pusieron bajo fuego su resistencia emocional, piscológica y física.

La doctora Lawy es contundente cuando le preguntamos si el estrés postraumático puede afectar a un migrante: “¡Por supuesto! Una vez que haya una desregulación del sistema nervioso comenzaremos a observar síntomas y luego síndromes en el espectro del estrés”.

El estrés postraumático también tiene evidencias físicas y mentales observables de manera fácil entre quienes lo padecen, como “síntomas fisiológicos que afectan el sistema inmunológico, el sistema gastrointestinal, brote de enfermedades y condiciones crónicas. A nivel emocional y conductual, la ira conduce a la violencia, el miedo, los ataques de pánico, la ansiedad, la depresión, la desesperanza conducen a un aumento de los trastornos alimentarios y la tasa de suicidio”, sostiene la especialista.

Y va más allá, pues explica que si los migrantes no recuperan un entorno que les brinde confianza no sólo se afectarán ellos, sino que esa situación tendrá efectos directos sobre el entorno.

En todas las situaciones, el denominador común es el tema de la seguridad, que va a afectar directamente al cerebro y al sistema nervioso. Si no se restaura la sensación de seguridad, los migrantes y la población de acogida experimentarán síntomas fisiológicos, emocionales y cognitivos. Su capacidad para hacer frente y adaptarse se verá comprometida”, asegura la experta.

Dado que las secuelas de este flagelo no suelen terminar de manera rápida, y, por el contrario, pueden durar años enteros, la doctora Lawy insiste en que es necesario que el sistema de salud que atiende a los migrantes debe propender por su atención y la creación de estructuras de soporte para ellos y su entorno familiar.

Finalmente, y consultada sobre la diferencia de las afectaciones emocionales y psicológicas que hay entre los migrantes venezolanos y los ucranianos que viven hoy una guerra en su país, la doctora Lewy aseguró que ambos tipos de población se ven afectados en su sentido de seguridad y protección.

Los refugiados de Ucrania provienen de una guerra que continúa, sin esperanza de una pronta resolución. A veces han estado bajo misiles, ataques, violaciones, violencia extrema. Hay temas complejos de identidad y pertenencia, idioma, lealtad. Además, muchas de las mujeres tienen a su padre, esposo, familiares en el frente de guerra. Y básicamente ambos necesitan que se les recupere el sentido de la esperanza“, resaltó.

Por: Mario Villalobos @maritovillalobo