Inclusión e integración, conceptos que deben incorporarse al hablar de migración

Nery Santaella, directora de Voces de Venezuela
Nery Santaella, directora de Voces de Venezuela

Voces de Venezuela y Barómetro de Xenofobia analizaron cómo estos conceptos modifican la respuesta que la sociedad da a los migrantes.

Angélica Antía Azuaje – Te lo Cuento News

En los últimos años, los conceptos de inclusión e integración se han hecho cada vez más relevantes al hablar de la migración porque no se trata ya de brindar una atención humanitaria a una población que está en tránsito, sino en incorporar a una sociedad, con todas las garantías que se requiere, en materia de salud, educación, trabajo, a una población que probablemente tiene ya vocación de permanencia.

Una perspectiva a considerar en este sentido es cómo abordar las diferencias culturales. Los migrantes a menudo enfrentan desafíos para adaptarse a una nueva cultura y pueden sentirse excluidos de la cultura dominante. Esto puede conducir a sentimientos de aislamiento y discriminación.

Al respecto, Nery Santaella, directora de Voces de Venezuela y Julio César Daly, economista y co-director del Barómetro de Xenofobia evaluaron dichas perspectivas de integración entre los migrantes venezolanos en diferentes países y en especial, en Colombia, en el marco del Migration Summit del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

De acuerdo a Daly, los principales tópicos fueron reconocer la importancia de abordar conceptos como la inclusión social, la seguridad ciudadana y la cohesión social desde perspectivas más amplias y de forma interconectada, para lograr una mejor medida y un mejor entendimiento de la integración.

Una de las exponentes, Lina María Jaramillo, -del proyecto Conectando Caminos Por Los Derechos- explicó la necesidad de expandir dichos conceptos para poder entender y explicar el contexto migratorio de una mejor manera. 

“La inclusión social deja de lado la perspectiva de derechos humanos y el fortalecimiento de acceso a justicia, como aspectos clave para fortalecer la gobernanza migratoria y generar confianza entre las comunidades migrantes y las comunidades receptoras. Por otro lado, la seguridad ciudadana, se entiende no únicamente desde el crimen y la violencia, sino también desde el entramado de relaciones sociales e institucionales que previenen la violencia, que protegen a las poblaciones vulnerables (para este caso la población migrante) y que dan respuesta efectiva cuando los derechos de estas poblaciones son vulnerados”.

Jaramillo recordó que el proceso de integración a nivel comunitario requiere de transformaciones que exigen el encuentro de líderes, y de estos con la institucionalidad.

Para los analistas urge mejorar las relaciones y la comunicación entre las ONG y los grupos comunitarios liderados por migrantes con el fin de crear una estrategia de integración más equitativa y cohesiva, lo que llevará a situaciones más seguras para los migrantes, donde pueden contribuir más fácilmente a su comunidad y a la economía de acogida.

Sostuvieron que medir la integración de la población migrante y refugiada “es difícil”. Sin embargo, recalcaron que en Colombia hay muchas experiencias innovadoras e inspiradoras que están aportando a esa discusión. “Tal vez nuestra principal preocupación es cómo garantizamos que estos esfuerzos sean de largo aliento a partir de estos aprendizajes”, concluyeron los consultados.