La apertura del Festival estuvo a cargo de niñas y niños migrantes y la Escuela de Danzas Elimar, que, con el folclor colombo – venezolano, impulsan la cohesión social de la población migrante y retornada en Colombia. 

Por Romina Palma. Especial Migravenezuela – Proyecto Integra de USAID 

La cuarta edición del Festival Panas y Parces Bogotá 2024, que se realizó el pasado 6 y 7 de octubre en el Parque Lourdes de Bogotá, fue un espacio de encuentro de las culturas venezolana y colombiana, que contó con presentaciones artísticas, bailes, música, gastronomía y una obra de teatro donde el mensaje central destacó la migración como una oportunidad. También, el evento fue una plataforma para que emprendedores y emprendedoras visibilizaran sus unidades productivas de negocio. 

Esta cuarta versión del Festival deja varios resultados para los participantes, quienes, a través de sus testimonios, contaron cómo este espacio es una oportunidad de integración.  

El proyecto Integra de  la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), a través de los tres Centros Intégrate de Bogotá, situados en los Super Cade de la Carrera 30, Suba y Engativá, así como Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), entidades públicas y la cooperación Internacional, dinamizaron este Festival, donde emprendedoras, emprendedores y artistas expusieron su talento, convirtiéndose en un lugar de encuentro y escucha para la población migrante, retornada y colombianos y colombianas, favoreciendo su cohesión social en las comunidades de acogida y fortaleciendo el sentido de pertenencia de estas personas a través de la cultura. 

Red: “Los Buenos Somos Más” 

La Red “Los Buenos Somos Más”, conformada por 10 organizaciones de la sociedad civil es una iniciativa de personas migrantes, retornadas y refugiadas que hacen vida en Bogotá y, a través de sus organizaciones participaron en el Festival.   Sus integrantes encontraron en el Festival Panas y Parces Bogotá 2024, un espacio donde se socializaron rutas de atención dispuestas para la población migrante y retornada que, según Migración Colombia, ya suman, en Bogotá, 589. 942 personas migrantes venezolanas y venezolanos. 

La participación de estas OSC se destacó no sólo por sus emprendimientos, sino por sus capacidades organizacionales para informar, a los asistentes, todo sobre los canales institucionales dispuestos por la Alcaldía, Secretarías y demás instituciones públicas, con relación al acceso a derechos fundamentales de identidad, salud, educación y trabajo, así como prevenir la trata de personas y fomentar la integración entre personas migrantes, retornadas, colombianos y colombianas. 

Entre las OSC que conforman la Red y participaron en el evento, se encuentran: Fundación Manitas Amarillas, Fundación Fraternidad Venezolana, Fundación Migración en Positivo, Fundación Mahuampi Venezuela, Unión de trabajadores de Plataformas Digitales y Mensajería. (UNIMEDP), Fundación Mujeres de Nueva Luz, Fundación para la Integración Musical de Colombia (Fundimusicol), Corporación Venezuela sin Fronteras, Fundación Refugiados Unidos y Fundación 2 países.  

Entre panas y parceros, brillaron los emprendimientos 

El aporte de 23 emprendedores y emprendedoras en el Festival enalteció la resiliencia de ambas culturas, dinamizando no sólo la economía de sus familias, sino del territorio, además de sumar salud emocional y bienestar a sus vidas, transformando los desafíos en oportunidades. 

Ejemplo de ello es la Fundación Corazones Sin Fronteras. Su vocera, Carla Justiniani, quién participó con un emprendimiento, resaltó la importancia del Festival: “Para nosotros este Festival es una experiencia muy bonita, porque nos recuerda la cultura y las cosas de Venezuela y, por otra parte, nos hace pensar en los colombianos y colombianas y el país que nos recibe. También es importante que las personas migrantes y retornadas conozcan de nosotros, porque llegan al país desorientados, así los podemos apoyar con la ruta de atención como escolaridad y salud”, compartió la lideresa venezolana.  

Carolina González, emprendedora venezolana quien formó parte de los emprendimientos del evento, destacó que esta es una oportunidad para hacerse visibles: “Es una muestra de hermandad que ha beneficiado a venezolanos y colombianos, permitiéndoles mostrar sus talentos a través de sus emprendimientos, visibilizando sus aportes y conocimientos a la ciudadanía y, permitiéndoles una integración socioeconómica, fomentando el orgullo comunitario. Para emprender un negocio con éxito hay que soñar desde abajo y soñar en grande”, aseguró.  

El Festival contó, también, con un espacio para niños y niñas, hijos e hijas de las y los emprendedores y el público presente, donde los más pequeños compartieron actividades recreativas y artísticas, reforzando los valores necesarios para la integración y la convivencia como: la solidaridad, el respeto, la honestidad y la creatividad.