El proyecto Esperanza Sin Fronteras, y otras organizaciones internacionales, continúan con el apoyo integral para esta población proveniente de Venezuela que se encuentra en condiciones de vulnerabilidad.
Muchas personas migrantes, refugiadas y retornadas de Venezuela están llegando a Colombia en altas condiciones de vulnerabilidad, en su mayoría son familias completas, con niños y adultos mayores que caminan largos trayectos por falta de recursos para pagar transporte.
Tendiendo una mano solidaria a este flujo de caminantes, la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado de los Estados Unidos en articulación con World Vision, logró la atención humanitaria de más de 6.000 personas pertenecientes a la población migrante, retornada y de acogida en Cundinamarca, durante el último año, según informó esta organización internacional en un comunicado de prensa.
Esta atención fue posible gracias al proyecto Esperanza Sin Fronteras, que busca el fortalecimiento de capacidades en temas de crianza, información de orientación en rutas migratorias y en la importancia de la protección y bienestar de la niñez.
Según el análisis de necesidades de refugiados y migrantes de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V), urge incrementar la protección de la niñez y la prevención de violencias basadas en género, las cuales han aumentado considerablemente dentro de la población encuestada, pues se han identificado estos factores como una necesidad adicional a la alimentación y a la educación.
Por ello, el proyecto liderado por World Vision cuenta con equipo interdisciplinario que opera estratégicamente en diferentes puntos, con el fin de brindar mayor cobertura en su atención integral con énfasis en derechos humanos. Esto se logra por medio de la generación de Espacios Amigables para la Niñez, la atención psicosocial, referenciación de servicios para migrantes y fortalecimiento de capacidades a socios.
Detallan desde que los migrantes venezolanos y retornados colombianos que llegan al Terminal de Transporte Salitre, el peaje de Chuzacá y Tunja son orientados para continuar con sus caminatas, además los ayudan para restablecer contactos con sus familiares, por medio de llamadas o uso de redes sociales desde los dispositivos móviles.
Al mismo tiempo, precisan que con los Espacios Amigables para la Niñez se informa a las niñas y los niños por medio de actividades lúdicas acerca del derecho a la educación, a la familia y a la vida a la vez que se fortalecen sus habilidades y conocimientos en temas de protección. Además, es un espacio de apoyo para escucharlos, dialogar sobre sus anécdotas en la ruta y posibilitar la contención de sus emociones.
Una profesional de protección de la organización internacional explicó que la atención a niñez no acompañada y separada juega un papel principal, ya que están más expuestos a los riesgos al no viajar y contar con la protección de sus padres, madres o cuidadores. “Por ello, se insta que puedan acogerse a las medidas de protección del Gobierno colombiano, que les permitirá el restablecimiento de sus derechos, realizando el seguimiento a los casos según corresponda”, apuntó.
Finalmente, el proyecto Esperanza Sin Fronteras contempla el apoyo con transporte humanitario para facilitar la reunificación familiar, priorizando a las niñas y niños no acompañados para garantizar sus derechos.
Por: Milagros Palomares @milapalomares