Con la llegada masiva de venezolanos al país desde el año 2015, miles de niños que nacieron en el territorio colombiano estaban en riesgo de apatridia. Después de varios años de identificar esta problemática, en agosto de 2019, el Estado colombiano, en cabeza del Gobierno Nacional, la Registraduría Nacional del Estado Civil, la Procuraduría General de la Nación y la Defensoría del Pueblo, decidió brindarles la nacionalidad, garantizándoles este derecho fundamental que les había sido vulnerado por varios años.
Desde entonces, de acuerdo con Felipe Muñoz, asesor de la Presidencia de la República para la Crisis Migratoria, más de 43 mil menores han recibido la nacionalidad colombiana. “Se está dando cumplimiento a las obligaciones internacionales asumidas por Colombia, que nos comprometen a dar la nacionalidad a las personas nacidas en territorio colombiano, que no son reconocidas por ningún otro Estado como su nacional”, enfatizó en su momento el Ministro de Relaciones Exteriores.
Esta medida se complementa con las disposiciones del Estado colombiano para garantizar los derechos fundamentales de los menores en el país, sin importar su nacionalidad.
La política de puertas abierta que ha tenido Colombia con los migrantes venezolanos ha incluido, por ejemplo, que todos los menores venezolanos puedan acceder a servicios de salud, así como a las instituciones de educación. Actualmente, de acuerdo con cifras del Ministerio de Educación Nacional, más de 314 mil niños, niñas y adolescentes venezolanos están inscritos gratuitamente en los colegios públicos del país.
Estas medida además de proteger los derechos de los menores tiene una doble funcionalidad, pues permite que en los establecimientos educativos se empiecen a generar dinámicas de integración entre la población colombiana y venezolana. Los menores son replicadores en sus casas. Si en las escuelas se rechaza la xenofobia y se aprecia a todos los seres humanos, sin importar su nacionalidad, luego podrán trasmitir ese aprendizaje a sus padres en los hogares.
Otra política que de manera indirecta beneficia a los menores de padres venezolanos es que el Estado también ha dispuesto que los hospitales públicos tienen la obligación de atender a madres gestantes, sin importar si tienen EPS o estatus migratorio regular. Con esto se garantizan mejores condiciones de salud durante el embarazo y un parto digno.
A pesar de la pandemia y las medidas de confinamiento nacional, este Día del Niño trae consigo una buena noticia para miles de familias, que hace unos meses temían que sus hijos fueran apátridas y que hoy pueden celebrarlo como otros colombianos más, en medio de las dificultades pero con la alegría que caracteriza a ambos pueblos.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela
