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En Bucaramanga desalojan a 25 familias de venezolanos cada día

Cerca de varios conjuntos residenciales también se han apostado los venezolanos. | Por: CORTESÍA ALBA MATEUS

En la ciudad de Bucaramanga, a diario desalojan entre 20 y 25 familias venezolanas de habitaciones arrendadas. Un aproximado de 100 migrantes  queda a la deriva con pocas posibilidades de pagar un techo, debido a que en su mayoría son personas que vivían de la economía informal, según informó Alba Pereira, presidenta de la Fundación Entre Dos Tierras. 

“Estos desalojados se suma a otros grupos de personas que sacan de sus casas en otras ciudades. Bucaramanga se está llenando de migrantes en sus predios”, dijo Pereira, titular de la fundación que desde el año 2014 atiende población venezolana con ropa, comida y medicinas.  “Hay más de 500 ciudadanos venezolanos a la deriva en la ciudad, sin un sitio dónde pasar la noche”, denunció.

Según datos oficiales de Migración Colombia, en Santander habitan al menos 90 mil venezolanos, representando el sexto número más alto en el país, lista que domina la ciudad de Bogotá. La Gobernación de Santander estima que al menos 5 mil migrantes han abandonado la ciudad de Bucaramanga, retirándose a pie o en los autobuses dispuestos para los corredores humanitarios desde el comienzo de la cuarentena obligatoria.

Sin embargo, aún son muchas las personas sin hogar que han construido cambuches y dormitorios improvisados en los principales parques de la ciudad. El Parque del Agua, sede principal de Acueducto de Bucaramanga, actualmente presenta una situación crítica, ya que en sus alrededores hay cerca de 300 migrantes que están desamparados y casi en la indigencia, aseguró Alba Mateus, administradora del edificio Acuario, ubicado a solo 200 metros del  parque.

“Desde el principio de la cuarentena observamos que grupos de venezolanos llegaron a instalarse en los alrededores del Parque del Agua, pero a los pocos días fueron evacuados por las autoridades y llevados en autobuses hasta Cúcuta”, relató Mateus aclarando que en esos primeros días de la contingencia fueron atendidos casi de inmediato.


«Los venezolanos improvisan fogones de leña, se ponen a cocinar allí en plena vía, ninguno cumple con las normas de seguridad y no tienen tapabocas»:

Alba Mateus, administradora del conjunto residencial Acuario


Con la extensión de las medidas sanitarias desde la administración nacional, cientos de personas han sido desalojadas y han decidido salir de ciudades como Bogotá, Tunja, Cali, entre otras. Pero no todos logran llegar hasta la frontera y quedan atrapados en Bucaramanga sin poder continuar su viaje.

En las últimas semanas ha aumentado la dificultad para seguir hasta la frontera debido a la restricción de las autoridades migratorias de Venezuela, que en principio definieron el paso de 300 personas diariamente, pero ahora lo limitaron a solo 100. La demanda de retornados es grande y por esta razón han quedado varadas en Cúcuta y Bucaramanga. 

El Parque del Agua, desde el comienzo de la crisis migratoria venezolana, ha sido un punto principal donde los migrantes se encuentran luego de ingresar al país por la frontera de Norte de Santander. Allí se detienen a descansar, algunos a “cazar” un aventón y otros a esperar alguna ayuda gubernamental o buscar trabajo en la ciudad. Por la crisis del coronavirus, familias enteras han montado sus dormitorios improvisados a la orilla de la carretera nacional, muy cerca de los conjuntos residenciales Acuario, Bosques del Venado y Torres de Palermo.

Alba Mateus, quien representa a los vecinos del edificio Acuario, afirmó que interpusieron una tutela para desalojar a los migrantes venezolanos de los alrededores del parque, argumentando que son un foco de cantagio de coronavirus.

La acción de tutela, interpuesta por Julián Garrido, vecino del conjunto Acuario, busca respuestas por parte de la Alcaldía de Bucaramanga, el Acueducto Metropolitano, Migración Colombia, la Gobernación de Santander, la Policía Nacional y los ministerios de Relaciones Exteriores y Salud.

En el documento se exige “la protección del derecho fundamental a la salud, saneamiento ambiental, derecho a gozar de un ambiente sano en conexidad con el derecho a la vida e integridad personal”. De igual manera se pide a las entidades involucradas informar sobre las acciones relacionadas a la población venezolana y su reubicación en un albergue temporal. “Les pedimos a las autoridades que los reubiquen en caso tal que no puedan desalojarlos de la ciudad hacia la frontera”, manifestó José Atehortúa, uno de los vecinos de esta zona, en donde habitan alrededor de 2.500 personas, en su mayoría de escasos recursos.
 

En Bucaramanga desalojan a 25 familias de venezolanos cada día
En los alrededores del Parque el Agua se han asentado en cambuches los migrantes. Foto: Alba Mateu

“La gente piensa que ahora hay más migrante pero no es así, se les ve más porque a muchos los han desalojado y andan en las calles sin poder trabajar. Ahora con el cierre parcial de la frontera, muchos buses dejaron de salir y la ciudad está recibiendo diariamente personas de otras ciudades”, explicó Pereira, quien maneja en su fundación un equipo de voluntarios que le han ayudado a monitorear la situación desde el comienzo de la cuarentena.

Las cifras de Migración Colombia aseguran que hasta finales de mayo más de 68 mil ciudadanos venezolanos habían retornado a Venezuela en un poco más de 900 buses. Sin embargo, entre estos no se contabilizan algunas familias que han emprendido el viaje caminando y que muy probablemente engrosan las cifras de quienes han quedado varados en Bucaramanga.

Pese a esta situación de contingencia, Pereira ha hecho un llamado a esos venezolanos para que no se desplacen hasta su país y plantea la solución de montar albergues, “pero se requiere de la voluntad gubernamental para eso”, dice. “Nosotros llevamos comida a mucha gente, algunos de los cuales han podido resguardarse en edificios y no están en las calles. Incluso, atendemos un apartamento donde hay 25 personas hacinadas”, refirió Pereira.

El secretario del Interior de la Gobernación de Santander, Camilo Arenas, sostuvo que se ha hecho un esfuerzo enorme para atender el problema, que ya era crítico antes de la pandemia. “El tema lo venimos trabajando desde el comienzo de la emergencia habilitando transporte para la frontera y reuniéndonos con las organizaciones involucradas, pero es un problema realmente complejo que nos mantiene preocupados”, dijo.  Confesó que no se ha podido atender a todos los migrantes venezolanos que están en las calles, pero que el gobierno realiza su mayor esfuerzo.

Arenas precisó que desde la Gobernación han invertido 87 millones de pesos en el transporte de al menos 5 mil ciudadanos venezolanos hacia la frontera y que activamente buscan una solución para atender a las personas que se encuentran en los principales parques de la capital.  

El funcionario aseguró que están trabajando en la instalación de albergues para poder atender a la población migrante en lugares adecuados con todas las garantías de seguridad sanitaria. Además explicó que están dispuestos a crear mesas de trabajo con los vecinos afectados de los conjuntos residenciales cercanos al Parque del Agua.

“Es preocupante la situación, pensamos en el retorno también cuando todo esto acabe, pero tenemos la voluntad para poder atender la emergencia con todas las fuerzas del Estado y la Policía, que realiza un constante monitoreo de la situación en las calles”, finalizó Arenas.

Por: Rafael David Sulbarán @rafaeldsulbaran