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En Risaralda la migración venezolana podría salvar la cosecha de café anual

Desde 2016, cerca de tres mil venezolanos han llegado cada año a cosechar café. | Por: MARIANA TORO| SEMANA

Recolectar café no es una tarea sencilla. Identificar la madurez del fruto, recoger los granos con la mano y caminar durante horas entre las plantaciones requiere de práctica y paciencia. Sin embargo, miles de venezolanos que nunca lo habían hecho han aceptado el reto y, en los últimos años, le han dado la mano a las fincas cafeteras colombianas, que enfrentan una disminución en la mano de obra.

Por ejemplo, para que en Risaralda la producción llegue al pico máximo pronosticado para septiembre, necesitan cerca de 60.000 recolectores de café en campos que abarcan 47.000 hectáreas aproximadamente. Sin embargo, hacen falta 40.000 trabajadores, según Luis Miguel Ramírez, representante de Risaralda en el Comité Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros.

La falta de mano de obra amenaza la producción nacional de café, pues lo que se recoge en esta temporada (de septiembre a diciembre) representa el 75 por ciento de la producción anual. Por eso, la Federación Nacional de Cafeteros ahora recibe trabajadores de la Costa Atlántica, del sur del país y, desde hace cuatro años, de Venezuela.

Con el Plan Cosecha, la federación busca articular la Gobernación, las alcaldías, la policía y los funcionarios de los terminales para que quienes lleguen a buscar trabajo encuentren información sobre la recolección de café y conozcan la ruta que deben seguir para trabajar en una finca cafetera.

Los venezolanos no necesitan un estatus migratorio regular para trabajar en los cafetales

¿Cómo trabajar recolectando café?

La ruta para convertirse en recolector empieza normalmente en el terminal. Las autoridades competentes, apoyadas por la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), guían a los recién llegados y los transportan a una finca cafetera que necesite su servicio. Allí, los caficultores capacitan a los nuevos trabajadores durante un par de semanas en el cultivo, la cosecha y la producción. Según Luis Miguel Ramírez, los recolectores tienen garantizada “una buena alimentación, un techo y transporte”.

Los recolectores ganan entre 34.000 y 45.000 pesos al día por cada kilo de café, una cifra que puede quedarse corta para un colombiano, pero para un venezolano que escapó de la crisis de su país significa una oportunidad para estabilizarse económicamente. Además, se trata de una opción de trabajo que no requiere un estatus migratorio específico.

Por eso, en los últimos años unos 7.000 venezolanos han trabajo en fincas cafeteras. A medida que aumenta el número de migrantes de Venezuela en el país, que ya llegan a 1,4 millones, podría aumentar la cifra de trabajadores extranjeros en Risaralda y otros departamentos de la zona. Aunque aún hacen falta miles de trabajadores, la llegada de mano de obra venezolana podría cubrir el vacío que han dejado muchos colombianos y mantener la producción anual.
 

Los venezolanos que están interesados en trabajar en la recolección de café pueden llamar al comité departamental de cafeteros de Risaralda.

Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela