World Vision y la Cruz Roja operarán el Punto de Atención Integral de Berlín (PAIB), que brindará alojamiento para 50 personas al día en uno de los pasos más peligrosos de la ruta migratoria que emprenden los venezolanos hacia el centro de Colombia.
Una mano solidaria para los caminantes venezolanos llega al páramo de Berlín. Este jueves 5 de agosto la organización World Vision Colombia inaugura oficialmente el Punto de Atención Integral de Berlín (PAIB), que busca ayudar significativamente a la población migrante y refugiada venezolana en tránsito, expuesta a las difíciles condiciones de altura y clima.
Esta zona es de alto riesgo por el frío extremo y la altura sobre el nivel del mar, superior a los 3.500 metros, los cuales se convierten en obstáculos difíciles de sortear para niñas, niños, adolescentes y adultos venezolanos que caminan hacia el centro de Colombia.
En el marco de la respuesta a la crisis migratoria a nivel nacional, bajo la articulación del Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM), el punto de atención será operado por World Vision junto a la Cruz Roja. El espacio se proyecta impactar a las familias migrantes con alojamiento para 50 personas máximo por noche, durante los siete días de la semana. Adicionalmente, prestará servicios de aseo para 100 personas diariamente, alimentación caliente en tres tiempos y atención en salud.
“Esta iniciativa busca convocar voluntades para dar respuesta a la emergencia humanitaria que enfrenta la población migrante en tránsito, invitando a todo el mundo a unirse en un esfuerzo colectivo en pro de las niñas, niños, jóvenes y familias seriamente afectadas por la actual crisis migratoria”, afirma World Vision en un comunicado de prensa.
Situación de caminantes en tránsito
El páramo de Berlín es un tramo obligado para todo migrante y refugiado venezolano en tránsito que emprende el largo camino de 554 kilómetros desde Cúcuta hasta la ciudad de Bogotá, capital colombiana. Aquí enfrentan el ascenso a la Cordillera Oriental de los Andes, en la cual se ubica el gélido páramo a los 2.800 y 4.290 metros sobre el nivel del mar, donde las temperaturas pueden llegar a descender hasta los cero grados centígrados.
Este es un tramo peligroso que en muchas ocasiones los migrantes deben superar incluso sin abrigo ni botas, solo cubiertos por colchas o bolsas plásticas y sandalias. Esta realidad los deja expuestos a altos riesgos de hipotermia o afecciones respiratorias, lo que lleva a muchos a abandonar su travesía o a arriesgar sus vidas por no contar con el dinero para pagar un pasaje de bus, cuyo costo oscila entre los 40 mil y 60 mil pesos.
De acuerdo al análisis del contexto adelantado por World Vision, en esta ruta aún permanecen centenares de personas y familias con necesidades de alimentación y que deben dormir sobre las vías, en albergues temporales o en instalaciones como peajes, estaciones de servicio, terrenos baldíos, entre otros.
Por: Proyecto Migración Venezuela @MigraVenezuela
