Salieron hace seis años de Venezuela, hicieron una parada de casi cinco años en Argentina y ahora viven en la tranquilidad y calidez de Colonia del Sacramento.
Por Carlos Iván Suárez – Periodista Te lo Cuento News
Alfredo Mijares y su esposa Karen salieron hace cinco años de su natal Venezuela y aunque habían emprendido en Buenos Aires, una oportunidad laboral los llevó hace poco más de un año a Colonia de Sacramento en Uruguay.
“En Argentina tuvimos nuestro restaurante de sushi y nos iba bien, pero me salió una oportunidad de trabajo con una famosa cadena de hoteles en Uruguay y quisimos explorar, así que decidimos migrar nuevamente”, cuenta el chef Mijares.
Aunque al principio no les fue fácil, sobre todo por la adaptación de sus pequeñas hijas, poco a poco fueron acostumbrándose. “Unos meses después vimos que había mucha oportunidad de emprender, así que renuncié y abrimos nuestro propio local”.
Colonia del Sacramento está en la frontera marítima con Buenos Aires y es una pequeña ciudad cuya principal entrada de economía es el turismo y la gastronomía, “aquí además hay facilidades para todo y en cuanto a la economía es muy distinta a Argentina, así que en poco tiempo obtuvimos los papeles reglamentarios y un crédito para adquirir un vehículo y montar el negocio”.
Hace nueve meses emprendieron con Sushi Life, donde hacen combinaciones de la gastronomía oriental. Aunque iniciaron sólo con delivery, hoy día no solo tienen un local, sino que pasaron de estar en el puesto 98 de TripAdvisor al primer lugar.
“La experiencia es increíble. Cada comensal que viene se va feliz no sólo por la buena comida, sino por la atención que se les ofrece, además de la gran variedad. Somos el único restaurante que ofrece ramen y junto a otro los que vendemos sushi”.
Con la familia
Las oportunidades han sido tales que ya pudieron tener con ellos a la madre de él y esperan que antes de finalizar el año puedan llevarse también a los padres de ella, que permanecen en Venezuela.
“Para las niñas ha sido un cambio drástico tener que migrar a dos países distintos, pero están felices, además que hay mucha seguridad, esa fue una de las razones por las que salimos de Venezuela y ahora estamos tranquilos”, cuenta Karen.
La cultura venezolana la llevan en sus venas y en ocasiones comparten con los casi 100 venezolanos que viven en esa ciudad, alejada de la capital, Montevideo, pero donde la calidez y buen recibimiento de los uruguayos los han acompañado hasta el sol de hoy.