La crisis económica y social que ha vivido Venezuela en el último tiempo ha obligado a muchas familias de este país a migrar hacia otros territorios para buscar nuevas oportunidades y una mejor calidad de vida.
En el departamento de Nariño se dio un emotivo acontecimiento porque 15 niños, niñas y adolescentes que habían sido acogidos en un hogar de paso durante lo que va del presente año por una separación familiar debido a inconvenientes en los flujos migratorios, se lograron reencontrar con sus seres queridos.
La migración ha ocasionado uno de los riesgos más críticos para la protección de la infancia y la adolescencia porque en esta travesía de manera regular o irregular, por la gran cantidad de personas presentes en estos momentos y los peligros a los que se pueden enfrentar, se han extraviado infantes que luego han sido protegidos durante la pérdida por el gobierno nacional.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y las Aldeas Infantiles SOS, con el propósito de garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes que son migrantes venezolanos y refugiados, otorgan un acompañamiento especial que incluye, entre otras cosas, protección, alimentación integral y gestión de casos para la reunificación familiar.
Nathaly Laso, coordinadora del refugio donde estaban los niños en Ipiales, le manifestó a la OIM que, “hemos tenido niños y niñas que nos acompañan por largos periodos de tiempo, mientras hacemos la búsqueda de su familia. Aquí lo que prima es que el menor de edad esté en un espacio seguro dadas las condiciones de la migración”.
Asimismo, la Organización Internacional para las Migraciones y las Aldeas Infantiles SOS, también cuentan con estos ambientes de atención en zonas fronterizas del país como Maicao, La Guajira, y Villa del Rosario, Norte de Santander.
Por: Carlos Cañas @carlosarboleda6